Chapitre quarante trois

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Roseanne no iba a quedarse tranquila si Lisa y Noah volvían a la mansión por lo que se dirigieron a su casa donde pasarían la noche. Lisa sabía que la madre superiora no estaría de acuerdo en que Noah pasara la noche fuera pero tras hablar -en privado- con Roseanne, finalmente accedió. La pelinegra estaba segura que la madre superiora tenía una debilidad por la empresaria porque nunca era capaz de negarle algo. 

Cuando Noah despertó, estaba asustado aunque intentó no demostrarlo por lo que entre ambas hicieron distintas cosas para tranquilizarlo. Después de que Lisa le preparara un baño caliente, se acomodaron para ver una película infantil en la sala mientras comían un poco de pizza hasta que finalmente se durmió. Lisa quiso llevarlo a la habitación pero Roseanne fue más rápida y tomándolo en brazos lo llevó y acomodó en la cama con delicadeza. Lisa observó todo apoyada en el marco de la puerta y sonrió. 

No podía evitar pensar que Roseanne realmente sería una madre increíble. De pronto la idea de formar una familia con la empresaria comenzó a tomar fuerza y Lisa se apresuró en regañarse a sí misma. No estaban en ese punto todavía. Roseanne se espantaría si supiera en las cosas que estaba pensando. 

—¿Estás bien?—preguntó Roseanne al ver que Lisa parecía perdida en sus pensamientos. 

—Estoy bien—le aseguró esta con una sonrisa—Sólo pensando— 

—Bueno... estabas sonriendo asique me imagino que eran buenos pensamientos—comentó Roseanne. Dejó encendida la luz de la mesita de noche y la puerta entre abierta antes de salir de la habitación. 

—Tal vez—comentó Lisa siguiéndola. 

—¿Vas a compartir esos pensamientos conmigo?—preguntó Roseanne y la pelinegra rio negando con la cabeza. 

—De ninguna manera—

Ambas comenzaron a ordenar lo que dejaron en la cocina y Lisa no pudo evitar bostezar. El día había sido largo y agotador. Antes del caos en el parque, habían tenido horas de diversión y disfrutó mucho junto a Roseanne y Noah. Realmente esperaba que Noah pudiera conservar sólo los buenos recuerdos en su cabeza. 

—¿Por qué no te das un baño y vas a dormir?—sugirió Roseanne con una sonrisa—Yo terminaré de limpiar, enviaré un correo y me uniré a ti— 

—¿En serio tienes que trabajar un domingo a esta hora?—preguntó Lisa haciendo un puchero.

—Será sólo un correo—le aseguró la empresaria—Cuando termines con tu baño, ya estaré lista— 

Lisa suspiró y asintió. Sabía que el trabajo de Roseanne era importante pero realmente le preocupaba que nunca se tomara un descanso. Eso no podía ser saludable ¿verdad? 

—De acuerdo. No tardes demasiado... Quiero que tengas la cama calientita—dijo Lisa poniéndose de puntillas para robarle un beso a la empresaria. 

—Trato hecho—sonrió Roseanne.

Mientras Lisa se encontraba en el baño de la habitación de Roseanne se dio cuenta que uno de los estantes tenía todo lo necesario para un baño relajante. Burbujas, sales, aceites, velas y todo lo que pudieras imaginar. Entonces se le ocurrió que sería una buena manera para terminar el día y olvidar lo estresante que fue el suceso en el parque. Tomó todos los elementos necesarios y comenzó a llenar la bañera. Sólo para asegurarse que Roseanne se apresurara, decidió decirle que la esperaría para tomar un baño juntas y con eso en mente, volvió abajo. La sala ya estaba ordenada por lo que supuso que estaba en su oficina. Cuando se acercó, escuchó que hablaba con alguien. Sigilosamente se acercó lo suficiente para poder mirar a través de la puerta entre abierta y notó que estaba sentada en su escritorio en lo que parecía ser una videollamada. 

Until I meet you (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora