¿Ese chico es mi vecino? • 07 •

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Continuación...

Pov. Raptor:

Pensar que algún día me quedaré completamente sin la presencia de Trollino me hace sentir mal, a pesar de que él no es mi padre biológico, si no está conmigo me deprime ya que él ha hecho el papel de madre y padre en casi toda mi infancia.

Pero creo que solo estoy exagerando las cosas. ¡Hoy estaré todo el día con mi querido hermano! Hace tiempo que no pasamos juntos, pues él siempre está ocupado con sus deberes y cosas del colegio.
Hoy es la oportunidad de pasar juntos, un típico momento de calidad en familia.

—Mhm, Raptor, como sabrás hoy no estamos solos... —balbuceo Mayo, jugando con un mechón de su cabello.

—Si, lo sé, pero no importa. ¡Cuántos más seamos es mejor!

—Claro, solo procura no hacerte muy amigo de ese chico...él es algo maleducado.

—Oh, bueno si así deseas pues está bien.

—Bien, ahora salgamos de esta habitación y vayamos a desayunar.

Asentí con la cabeza en respuesta y tomé su mano para seguirlo a la cocina. Podría decir que estaba un poco nervioso por conocer al hermano de Víctor, pues durante el día que pasé en su apartamento nunca pude verlo ni conocerlo.
Sólo sabía que mi hermano lo había conocido y no le agradaba por su mal comportamiento, así que eso me dejó con dudas. ¿Qué tan grosero fue ese chico?

Mayo de pronto había dejado de caminar, estábamos en la mitad de la sala, por mera curiosidad me asomé y pude ver a los dos invitados. Volteé mi vista hacia Mayo y este simplemente asintió.

—Él es su hermano —murmuró, soltando mi mano.

Me sorprendió lo similares que eran. Podría haber pasado horas mirándolos y quedar impresionado por su belleza natural, pero fui interrumpido por la llamada de mi hermano desde la cocina.
¿Cuándo él se fue? ¿Cuánto tiempo estuve ahí mirándolos? ¿Se sintieron incómodos?
Varias preguntas comenzaban a aparecer en mi cabeza y un pequeño ardor en mis mejillas por la vergüenza. Inmediatamente huí de allí, refugiándome en la cocina; haciéndome una bolita hasta dejar de sentir vergüenza, cosa que no sucedió pues alguien me había seguido hasta la cocina.

—¿Estás bien? —preguntó Víctor, sentándose en el suelo —Estás todo rojo, ¿seguro que no quieres alguna medicina? —indicó, sosteniendo mis mejillas.

—Eeh...y-yo no estoy...y-yo.

—¿Qué estás haciendo, Víctor? —cuestionó Mayo, alejándolo de mí.

—¡Nada malo! Es que lo vi algo rojo, pensé que se sentía mal y solo quería ayudar.

—Claro, mejor vete a la sala con tu hermano y dejas en paz a Raptor —reprochó, levantándome del suelo y jalándome hacia la mesa.

—Mayo, te lo juro, no le estaba haciendo nada malo —indicó, levantándose y siguiéndolo.

—¿Puedes parar? No quiero oírte —espetó, dándole una mirada insolente.

No sabía qué hacer, ni siquiera entendía por qué Mayo se había enojado tanto.
Quise defender a Víctor pero las palabras no me salieron y simplemente obedecí las órdenes de Mayo y me senté a comer.

—¿Por qué tanto escándalo?

—¡Sparta, hermano! No pasa nada, ¿quieres desayunar junto con Raptor? —habló con rapidez, abrazando sus hombros.

—Entonces, ¿por qué este tipo andaba gritándote? —cuestionó, dandole una mirada de asco a Mayo.

—Él no estaba gritando, solo estábamos hablando, ¿verdad, Mayo? —se excusó.

El chico del apartamento 188 [ Mayictor & Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora