El chico raro • 02 •

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Pov. Mayo:

Estaba demasiado cansado, quedarme hasta las tres de la tarde en ese asqueroso colegio no es lo mejor que me puede pasar, además de cansado estoy enojado y estresado, podría simplemente mandar al diablo a cualquier persona que me hable en estos momentos.

Y ¡oh casualidad!, los nuevos inquilinos estaban saliendo de su apartamento: era un señor y dos chicos, los que me imagino que son sus hijos.

No quería que ninguno de ellos me hablara, en estos momentos no quería fingir una sonrisa y/o tratar bien a la gente, pero sino lo hacia quedaría como todo un maleducado e irrespetuoso.

El señor y el hijo menor fueron de largo ni un "buenas tardes" dijeron, por otro lado, el hijo mayor se había quedado congelado en medio del pasillo. Eso fue raro de su parte.

—Buenas tardes, ¿se encuentra bien? — pregunté, moviendo mi mano de un lado a otro frente a su rostro.

Las mejillas del chico en seguida se tornaron de un tono carmesí algo apagado.
Ya sabía que era lindo, sin sonar egocéntrico, pero esto era nuevo, ¿tan rápido le gusté?

—Tú...mhm, soy Víctor, llegué ayer y pues soy nuevo aquí...¿y tú eres? Digo, ¿cómo te llamas? —preguntó con nerviosismo, evitando hacer contacto visual.

—Bueno, Víctor. Soy Mayo, un gusto en conocerte.

—Lindo nombre- Digo, Mayo es un buen nombre y muy representativo tiene parte de la primavera y umhm...muy lindo.

—Como sea, tengo que irme, ¿vale? —indiqué, alejándome de él.

—Oh, si, claro, ¡nos vemos! —se despidió dando una sonrisa.

Corrí lo más rápido que pude por las escaleras, esa conversación fue uno de los momentos más incómodos que he tenido.

Llegué a mi apartamento e inmediatamente abrí la puerta, y luego de entrar me apoyé contra la puerta, dejándome caer al suelo, abrazando mis rodillas.

Que niño más raro, tendré que salir menos o llegar temprano al apartamento para no tener que encontrarme con ese chico.

—¿Estás bien? —preguntó Raptor, sentándose en el suelo.

—¿Mayo llegó?, umh ¡Bienvenido a casa, Mayito! —gritó Trollino desde la cocina.

—No pasó nada —respondí, acariciando su cabello.

—De acuerdo...el almuerzo está listo, deja tus cosas y ven a comer —ordenó, levantándose y dirigiéndose a la cocina.

Hice caso a lo ya dicho de mi hermano, además que no debería pensar en lo que me pasó como un gran problema.
Hay cosas más importantes en las que pensar, que en ese chico raro.

El chico del apartamento 188 [ Mayictor & Spartor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora