No pretendo ser complaciente con las decisiones que tomaste, pero... ¿Por qué?
En el fondo de mi mente, moriste.Abrió los ojos cuando Juan puso su mano sobre su pierna, se sentó de manera correcta y miró a su alrededor algo desorientado por haberse despertado recién. En los ultimos días no había podido dormir casi nada, así que por el día se la pasaba dormitando, en su rostro ya se notaban los estragos de la separación y, debido a esto, Juani se había ofrecido a pasar unos días con él, al omega mayor en serio le preocupaba la salud de su amigo y debido a que este se había negado a hablar con su madre respecto a la situación, era literalmente el único que podría hacer algo.
Recalt se colocó sus lentes de sol al bajar del avión y, sin decir mucho, los dos omegas fueron al interior del aeropuerto. Caruso no quería presionar al menor, si este quería hablar de algo, lo haría cuando se sintiera preparado y, por lo que podía notar, Mati se estaba encerrando en su burbuja de tristeza como modo de autodefensa, ¿preocupante? Sí, por supuesto, pero confiaba en que eventualmente, se soltaría y dejaría de retener todas sus emociones.
—"¿Seguro que no quieres ir a ver a tu madre?"
Matías cerró la cajuela del uber donde habían puesto sus maletas y negó.
—"No la quiero preocupar con estas tonterías."
—"No son tonterías, hermano." —Lo regañó. —"¿Qué si te enfermas? ¿De verdad no quieres que sepa?"
—"Ya me las arreglaré, Juani. Voy a estar bien."
Subió al coche y posteriormente lo hizo el mayor, discutir con Matías era desgastante, una vez que se aferraba a algo, no podías sacarlo de eso y en ese momento, el chico no necesitaba presiones ni regaños, al contrario; sin embargo, a Juan le asustaba cómo por cada día que pasaba, el menor lucía más enfermo, tenía unas ojeras enormes, se veía más delgado y su piel, pálida de por sí, ahora parecía que era de un tono grisáceo extraño. Se preguntaba si Enzo estaba igual o peor.
Recalt recargó su cabeza en el hombro de su amigo y este lo abrazó con calidez, permitiéndole dormir durante el trayecto del aeropuerto al departamento de Matías.
[...]
Matías se despertó de pronto y ni siquiera se dio el tiempo para espabilar pues voló al baño, hincándose frente a la taza y abrazándose a la misma para devolver lo poco que había ingerido durante el día. Juan, al escuchar el escándalo, se levantó y salió de la habitación de huéspedes, mirando desde el umbral de la puerta para no invadir de lleno el espacio personal del menor, pero cerciorándose de que todo estaba bien.
El omega más joven permaneció inmóvil por breves segundos en los cuales intentó recuperarse y, al lograrlo, se colocó de pie.
—"¿Crees que vuelva si estoy embarazado?" —Bromeó, dando un par de pasos hacia el lavabo para enjuagarse la boca y poder lavarse los dientes.
—"No seas tarado." —Rodó los ojos, un embarazo era lo último que a Matías le hacía falta. —"¿Qué pasó?"
—"Tengo muchas náuseas y me duele la cabeza." —Se quejó, pasándose una mano por su pálido rostro.
—"¿La primera vez que peleaste con Enzo te sentiste así?"
—"Más o menos, sólo me dolía la cabeza y no podía dormir." —Exhaló y se acercó al mayor para abrazarlo. —"Mañana iré al médico, probablemente me diga que sólo me queda esperar mi muerte."
—"No digas eso." —Regañó, dándole un golpecito en la espalda. —"Todo va a estar bien."
Le acarició el cabello y dejó un besito en la frente ajena antes de alejarse.
—"Ven, vamos a dormir juntos."
Tomó la mano del más chico y lo condujo hasta la habitación que Matías le había acondicionado y que ahora tenía el agradable olor a uva del omega mayor, este olor de inmediato hizo que Mati se sintiera protegido pues sus feromonas estaban un poco defectuosas últimamente y su aroma no era el más agradable.
—"Si te sientes mal, no dudes en despertarme."
Los dos se metieron debajo de las sábanas y cada quien tomó su lado de la cama. No era lo mismo que dormir con Enzo, claro que no, pero mínimo ahora no se sentía deprimentemente solo y abandonado como en las últimas dos semanas.
[...]
Al día siguiente, los omegas se encontraban a bordo del auto de Recalt en camino a ver al doctor de este, mientras conducía, el menor se mordía las uñas e iba pensando en todos los escenarios posibles, aunque sólo estaba exagerando. El médico sólo le recetaría suplementos y le recomendaría hacer un nido, lo sabía porque su madre había pasado por eso cuando su padre falleció, claro que era diferente porque Enzo aún estaba tranquilo en su casa y podrían verse si así lo deseaban; sin embargo, no lo hacían.
Juanicar esperó a su amigo en los incómodos sillones de la sala de espera y Matías entró siendo un manojo de nervios. El doctor lo miró apenas la pequeña figura del omega apareció y ladeó la cabeza, no necesitaba muchos estudios para reconocer la depresión en los omegas. Invitó al menor a tomar asiento y este lo hizo, tenían confianza entre ellos y aún así, el joven lucía como si fuera su primera vez yendo a revisión.
—"¿Cómo estás?" —Le sonrió amable el alfa.
—"Bien..., dentro de lo que cabe."
—"Mmm..., está bien." —Tecleó algunas cosas y prosiguió. —"¿Vienes por un malestar en particular?"
—"Bueno..., hace unos días me separé de mi pareja, usted debe saber cómo es eso." —Soltó una risilla triste. —"Yo..., él y yo éramos destinados, pero las cosas no salieron bien y elegimos tomarnos un tiempo. No lo estoy sobrellevando bien..., como puede notar."
—"¿Has tenido vómitos?" —Matías asintió. —"¿Mareos?" —Otra vez asintió. —"¿Y puedes dormir bien?"
—"No en realidad, a lo mucho puedo dormir dos horas seguidas y después ya no concilio el sueño."
El doctor volvió a teclear y tomó una breve respiración.
—"Bueno, ya sabes que es un asunto más emocional y mental que físico." —Recalt hizo un sonidito de afirmación. —"Si tomaron la decisión de no volver, debes empezar a intentar hacer entender a tu omega la situación. Si tienes cosas de él, ve deshaciéndote de ellas poco a poco hasta que no tengas absolutamente nada."
Una hojita salió de una impresora y la misma le fue entregada al menor.
—"Son vitaminas y suplementos de feromonas, aunque te recomiendo ir a un psicólogo también. Probablemente necesitarás antidepresivos."
Matías apretó los labios y asintió, jamás creyó que se vería en una situación así, pero ahí estaba, con una receta en mano que le ayudaría a no morirse de tristeza.
—"Si necesitas algo, la receta tiene mi número. Salúdame a tu madre."
—"Claro..., gracias."
Compartieron una sonrisa cordial y el omega se puso de pie para irse, sacando su tarjeta para poder pagar. Una parte de él detestaba a Enzo por hacerlo de esta manera, jamás había sentido que necesitaba a alguien, nunca se enfermó por algún desamor y no entendía porqué le tenía que estar pasando eso. Seguramente el alfa estaba de maravilla en Uruguay, quizá sólo lo recordaba como una pésima experiencia mientras para él, lo era todo.
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We Don't Gotta Be In Love |MatiEnzo|
Fanfiction"Él sabe cómo sacar lo mejor de mí." "No le digas a nadie que te controlo." "Dame amor rudo, déjame sin nada." "No tenemos que estar enamorados."