- El momento más esperado por todo el mundo. Y he de admitir que no fue muy fácil de convencerla a que me acompañara en el vídeo de hoy, pero bueno. Estoy agradecida con ella por todo. Sin más preámbulo. Les presento a nuestra invitada especial...¡Mi mamá!.- aplaudí emocionada al ver cómo mi mamá se sentaba a un lado de mí en nuestro sillón.
- Buenas tardes, días o noches. Oye, esa entrada estuvo bien.
- Gracias. Bien, empecemos primero con las preguntas que nos enviaron por vía Instagram...¿Cómo se llama?.- pregunté leyendo la pregunta en mi celular.
- Martha.
- Bueno, eso ya lo sabían...- me encogí de hombros.
- ¿Entonces para que me preguntas?.- ambas reímos.
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- ¿Cómo se siente el día de hoy?.
- Feliz y a la vez nerviosa. No estoy acostumbrada a hablar frente a las cámaras como tú o como tu papá. Pero bueno, daré lo mejor solo por tí y por ustedes.- admitió.
- Bien. Le haré una serie de preguntas, las cuales se me fueron enviadas para hacérselas el día de hoy.
- Bien.
- La primera pregunta es: ¿A qué se dedica?.
- Soy manager y ama de casa a la vez.
- Uh. Creo que ama de casa es el oficio más difícil que hay, al menos para mí y aprecio eso.- admití.
- Sí, cuidar la casa y a la familia no es una tarea simple aunque muchos lo minimicen.
- ¿Extrañas vivir en Estados Unidos?.- sonreí levemente.
- Bueno. La verdad no extraño vivir ahí, si, hice buenos amigos y conseguí trabajo al igual que una mejor calidad de vida pero, haber emigrado ahí y dejar atrás al resto de mi familia, a mis papás, a mis tíos, sobrinos y primos...No fue algo fácil.- negó con la cabeza.- Agradezco todo el apoyo que tuve ahí pero ese país no se compara a mi bello México.
- Eso es verdad. La doña tiene razón.- la señalé con una sonrisa a lo que me dió un pequeño manotazo en la mano.
- ¿Doña?. Y no señale que es de mala educación.
- Ya, perdón.- me reí un poco.- Creo que quisieran saber más acerca de esa emigración.- señalé a la cámara.
- Algunos saben la versión corta y otros no así que ahí les va. Cuando Jenny tenía apenas cinco años, nos vimos en una situación difícil mi esposo y yo así que nos vimos en la obligación de emigrar junto con otros amigos. Para cuando logramos cruzar la frontera, cosa que fue una pesadilla, corrimos con suerte al llegar a un lugar donde dormir. La verdad es que si me costó acoplarme a la diferencia de costumbres pero poco a poco fui recuperándome gracias a las personas que me quieren y a las que yo quiero.
