junto a ti

El comienzo de la calamidad pt.1

La mañana comenzaba a asomarse, las nubes que cubrían el cielo luego de una noche tormentosa se alejaban y dejaban ver el hermoso cielo azul, todos parecían felices con esto, los pájaros cantan las flores florecen pero alguien no estaba particularmente feliz se quejó cuando un rayo de sol tocaba su cara, lo que era una caricia se sentía como si le hubieran bañado con queroseno y luego lo prendieran en fuego, el dolor de sus irritados ojos lo hizo retorcerse en las sábanas y quejarse, no pudo dormir nada en la noche anterior, y cuando digo nada es nada.

Luego de su encuentro con macaque lo dejo pensando, en qué mundo es el, la persona correcta para saber cómo ayudar a un demonio que tiene siglos de existencia y el es la persona correcta para resolver su problema con sus poderosísimos 22 años.

De mala gana se levantó de la cama y se dirigió al baño, quizá si lavaba su rostro con agua fría lo ayudaría a despejarse un poco... no, ¿sabes qué? mejor se ducharía completo para terminar de despertar, a medio cuerpo sumergido en la regadera despertó y en un  brinco desesperado por salir de ella por fin reacciono, decidió a si tomar un baño pero esta vez tibio sin congelarse por completo; al terminar su baño se dirigió a su closet y saco una muda de ropa para así cambiarse y con mucha pereza se arregló, su cerebro aun no procesaba con la mayor rapidez aun así algo le hacía creer que algo se le estaba olvidando, algo importante, tomo su celular para ver si guardo algo de esa información perdida pero al tomarlo se dio cuenta que no estaba enchufado correctamente así que estaba completamente apagado, se quejó en bajo volumen y lo conecto a la corriente, decidido a que en lo que cargaba un poco bajaría a desayunar ya que seguramente ya era algo tarde, lo suponía por el excesivo brillo y el bullicio.

Bajo las escaleras de dos en dos dando pequeños saltitos, quería beber al menos 2 tazas de café para tener algo de energía durante el día, al bajar Mei estaba hablando con el típico par, al sentir la mirada de este le saludaron, no sin antes hacer comentarios sarcásticos sobre su apariencia casi fantasmagórica, e incluso lo compararon con un mapache. Cuando acabaron los comentarios sarcásticos tomo un poco de comida y preparo una taza de café lo más cargada que sus nada acostumbradas papilas gustativas aguantaran; Esto se les hizo muy extraño a los presentes ya que no es nada común verlo tan decaído y serio, además del claro desconcierto de verlo tomar café, el normalmente preferiría mil veces algo dulce y suabe como un vaso de chocolate tibio.

- MK, entiendo que quieres sentirte como un adulto y todo eso, pero creo que no es buena idea que bebas tanto café sin siquiera desayunar algo antes- Mei parecía algo preocupada por su amigo y más con lo que hacía, estaba bebiendo la taza sin parar un segundo, en menos de lo que canta el gallo él ya estaba sirviéndose otra taza.

- Esta bien chico, me llevo esto- El hombre cerdo tomo la jarra de café y la alejo den chico el cual lo miraba entre irritado y desconcentrado, Mk es conocido por ser un chico que parece siempre brillar por su enorme sonrisa y su actitud positiva, pero lo cierto es que cuando esta desvelado tiene una cara de pocos amigos, es como ver un shiny Mk, rara vez pasa esto, verlo irritado es muy raro y más en su modo "no me hables, no me mires y no existas hoy por favor y gracias" - parece que no dormiste nada chico ¿paso algo malo?- La voz preocupada del demonio lo hizo reaccionar un poco, sí que estaba lento hoy.

- ¿Yo?, ammm no, todo está bien, TODO ESTA BIEN, ¿Porque algo estaría mal?- hablo atropelladamente mientras sorbia con rapidez los fideos que previamente  se había servido y bebiendo apresuradamente el café, un ligero temblor le hizo saber que la cafeína comenzaba a hacer efecto y aunque de manera atropellada los sistemas se ponían en línea, aunque esto hacía que estuviera un poco a la defensiva - Toooooooodooooo está bien Pigsy- sonrió de manera algo... ¿Perturbadora? le recordaba la vez que estuvo en la calabaza y como todos le sonreían y le decían que no pasaba nada, ahora mismo su mente comenzaba a hacerle creer que de nuevo le habían encerrado, pero un golpe le hizo reaccionar. - Auch ¡Mei!-