Capítulo 6

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Valentina:

Cuando el equipo blanquinegro salió al campo, pude ver como Danilo me buscaba con la mirada, y al encontrarme me guiño el ojo, para hacer un 1 y un 0 con sus manos, formando un 10, que era el tiempo máximo que tenía para marcar, y así ganar la apuesta.

¿Está mal qué quiera perder?

Danilo, porfavor, no sé cómo, pero haz que ese balón entre a la portería antes del minuto 10.

- Che nena- me llamo la pelirroja sentada a mi lado- ¿qué tanto hablaban el Uruguayo y vos?

- Nada, me contaba lo re piola que es y eso- me la quede mirando un rato pensando en porqué tenía tanto interés en el castaño.

- Bueno ¿qué tanto me miras?

-No nada... solo que ¿porqué te importa tanto todo sobre Danilo?

-Ay pero vos qué decís, solo preguntaba, vos sos re exagerada.

-No Mía, pero antes también te re importaba si él era buena onda conmigo y eso...

- Pará nena, vos re flasheas, posta, si está re feo, yo merezco algo mejor que él, porfavor flaca- empezó a hablar súper rápido y la voz se le tornó más aguda.

Yo creo que el tinte rojo le está afectando al cerebro ya...

- Bueno ya bájale un poco, veamos el partido, dale- le respondí.


Dejamos ya el tema, y pusimos nuestra atención en el partido, o bueno, en mi caso en cierto futbolista con el número 10 en la espalda.

Creo que desde ahora ese es mi número favorito.

Los segundos fueron pasando, luego los minutos, y cada vez se acercaba más el límite de tiempo que tenía mi jugador favorito para marcar, y cuánto más tiempo pasaba yo más nerviosa me ponía. Por una parte todo sucedía muy rápido, pero también demasiado lento, estaba deseando que el partido acabara, aunque tampoco quería parar de verle jugar, se notaba como lo disfrutaba y que le gustaba estar en el campo, y por lo tanto, yo también estaba feliz. No sabía porqué me causaba todo esto en tan poco tiempo, pero era un sentimiento tan hermoso, confuso y aterrador a la vez, y no podía evitar querer seguir descubriendo más sobre esto que sentía dentro de mí.

De repente todo el mundo se levanto de sus asientos y comenzó a aplaudir y gritar, interrumpiendo así mis confusos pensamientos. No comprendía que acababa de pasar, estaba demasiado sumergida en mi propia mente. Entonces dirigí mi vista al campo y pude ver a un Danilo eufórico y al resto de su equipo dirigiéndose hacia él, después miré hacia el marcador, había cambiado a 1-0 a favor del All Boys, y por último vi que el reloj, marcaba el minuto 9.

Había ganado la apuesta. Lo que sinceramente me alegró, ya que eso significaba que tendría una cita con él, por mucho que me hubiese dicho que no lo era, yo en el fondo sabía que sí que lo iba a ser, pero Danilo era demasiado negado.

No podía apartar mi mirada del castaño, se veía tan feliz y orgulloso de sí mismo, me encantaría poder verle así siempre.
Segundos más tarde, el grupo dejó de celebrar, para volver a jugar, en ese momento el goleador aprovechó para mirar hacia las gradas, más específicamente a mi asiento. Cuando nuestras miradas se cruzaron me guiño el ojo, y volvió a hacer lo que hizo minutos atrás con sus manos, un 10. No pude evitar soltar una pequeña carcajada, lo que hizo que la pelirroja a mi lado me mirase y luego buscara lo que yo tanto miraba sonriendo, al darse cuenta de la situación; de las miraditas y sonrisas que se entrelazaban entre nosotros, frunció el ceño.

Second Chance(Danilo Sánchez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora