MARATÓN 1/3Danilo:
Al cruzar la puerta de mi casa, para mi sorpresa no había nadie, no como de costumbre, que estaba mi hermano con el Cochi, Jorge, la Anabella y una pila de personas más que no recordaba sus nombres o algunas no las vi en mi vida. Por suerte, hoy no era el caso, porque odiaba llegar y encontrarme con esa imagen.
Pero hubo algo que llamo mi atención, encima de la mesa había falopa, mucha, y mi hermano no suele dejarla por allá tirada, seguramente se la había olvidado. Y yo no podía apartar mi vista de allá.
Quería probarla, necesitaba probarla. Todo el grupito de mi hermano parece que cuando prueban un poco, sus problemas ya desaparecen. Como si al espirar aquello te olvidases de todo automáticamente. Y yo necesitaba aquello, olvidar, que todo a mi alrededor desaparezca. Solo por unos instantes por lo menos.
Pero justo cuando estaba acercándome en aquella dirección recordé algo, mejor dicho a alguien; Valentina.
Pensé en ella y en la promesa que le hice, no podía fallarla, pero realmente sentía demasiada curiosidad en si se sentiría tan bien como parecía, en si podría estar tranquilo y dejando de pensar por unos instantes.
Pero ella no está ahora acá, y solo va a ser esta vez, para sentirme mejor ahora y ya. Solo una vez. Hoy y nunca más...
Llevaba dos días sin ir a la escuela. Pasaron ya cuatro des de que probé la falopa, y no fue la última... Pero es que se sentía tan bien que no podía evitarlo. Además tampoco era para tanto, solo fue una estúpida promesa... Llevaba demasiado tiempo sin verla, y la extrañaba, pero por otro lado me daba miedo que notase mi estado. Mi hermano no apareció en todos estos días, así que no había quien me prohibiese tocar su falopa, total, tampoco es como fuese a recordar que la dejo allá.
Estaba pensando en qué debía hacer ahora... ya era tarde, sobre las 19 o así, y el Cochi me invitó a la fiesta del Jorge que iniciaría un poco antes de las 20, habría comida y refresco caro, y yo estaba hambriento... De repente escuché como llamaron a la puerta, lo ignoré, pero el sonido siguió, no parecía que fuera a detenerse, así que sin muchas ganas, me levante para abrirla. Y al hacerlo, me encontré con Valentina...
- Hola...- le saludé bajando la cabeza para tratar de evitar que me viera tan demacrado; con los ojos rojos, unas grandes ojeras y mucho más despeinado de lo normal.
- ¿Pero qué te pasó? ¿Estás enfermo?- Ella trato de que la mirase agarrándome del mentón, pero no lo logró. Yo estaba demasiado concentrado en tener la puerta lo mínimamente abierta, para tapar el espacio con mi cuerpo y que no se viera el interior...
- Emm no, bueno si, yo solo... ya nos veremos mañana Val... iré a la escuela y... y si eso.
- ¿Porqué estás así de extraño? Si te pasó algo ya sabes que puedo ayudarte, para eso estoy... Y traje comida, déjame pasar y así comemos juntos, como siempre.
- ¡No! Yo ehhh ya comí- me apresuré a responderle haciendo contacto visual con ella.
- Danilo... ¿qué te pasa? Haces re mala cara...
- A mi nada, tan solo vete, es tarde, ya nos vemos mañana ¿si?
Y como si me hubiese leído la mente, me aparto de la puerta rápidamente sin darme tiempo a reaccionar y dejándola abierta del todo. Ella entró, y obviamente lo primero que vio fue la mesa, donde se encontraban restos de falopa en un plato, y un billete doblado... no era necesario ser un genio para saber lo que había estado haciendo...
Ella se giró a mirarme con el ceño fruncido, tratando de buscar una explicación o algo que le hiciera pensar que no lo había hecho, pero nada de eso llegó. Me quede mirando el suelo, sin ser capaz de levantar la mirada. Podía notar su decepción. Y lo peor era eso, que no parecía estar molesta, tan sólo decepcionada, y aquello era mil veces peor.
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Second Chance(Danilo Sánchez)
FanfictionValentina Ramiro, tiene que mudarse con su tío Ramón Madoni y su prima Mariela a su barrio el Fuerte Apache. Ella venía de La Capital, pero sus padres se endeudaron y estaban con problemas legales, así que decidieron mandarla allá hasta que solucion...