Capítulo 9

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Danilo:

En la salida con Carlitos, estábamos hablando sobre el entrenamiento que tendríamos esa misma tarde, que es a donde nos dirigíamos ahora. Pero de repente oí la voz tan molesta de Hernán. Como le odio, encima esta mañana intentando coquetear con Val, vaya tarado. Por lo menos ella no se dejó.

- Che Uruguayo, ¿la milipili esa nueva es tu wacha?

- ¿Qué decís gil?

- Bueno Uru disfrútala mientras podés, porque en unos días ya será mi wacha- Dijo alargando la "a"- y me la chaparé y le chuparé la tetitaaa

¿Pero y este gil quién carajo se cree? Val jamás caería tan bajo. Y aunque yo sabía que aquello jamás sucedería, no pude evitar que me molestaran sus palabras, solo de imaginármelo me ponía de los nervios. Me acerqué a la barra que nos separaba, como si fuera a golpearle, pero Carlitos me agarró del brazo apartándome, intentando que siguiéramos nuestro camino.

- ¿Porqué no te rescatás? salame- pude decirle antes de alejarnos completamente de ellos.

- ¿Qué fue eso?- me preguntó el morocho una vez estuvimos suficientemente lejos.

- Ya sabés cómo es él, hoy conoció a Valentina y le tiró la onda, pero ella ni caso le hizo.

- Y sí Uru, pero te pusiste re tenso, pensé que no te agradaba nada...

- Bueno, la conocí mejor y ahora me cae bien... Y no me gustó que el tarado ese hablara así de ella.

- Ya, eso es cierto...

Dejamos el tema y seguimos con nuestro camino hacia la cancha.

Lo cierto es que estos últimos días no había podido parar de pensar en la rubia. Des de que sucedió el "casi beso", ella no salía de mi mente. Su sonrisa, sus ojos azules que transmitían tantos sentimientos que me obligaban a mirarlos constantemente, su rubia cabellera que siempre se veía arreglado, y sus labios... Cuando la tenia cerca, no podía evitar mirarlos, eran como un imán; sentía la necesidad de acercarme cada vez más a ellos. Pero mi vicio mayor a todo eso era su risa, era el sonido más hermoso que oí jamás, era la más contagiosa y tranquilizadora del mundo, o al menos de todas las que había escuchado.

No comprendía que me pasaba, de todas las pibas con las que estuve, jamás me importó nada de eso, tampoco me fijaba. Honestamente ni recordaba el color de ojos de alguna... En cambio de ella recordaba cada detalle de su cuerpo y cara, y sobre todo me acordaba de cada palabra que ella había dicho.

Me había equivocado completamente con ella, no era una simple milipili de La Capital, era mucho más que eso, y yo admiraba todo de mi rubia, me encantaba. Era la primera vez que pensaba así de una piba, se me hacía extraño que me importase algo más que no fueran "sus curvas".

Mañana tenía la salida con ella, y no podía negar que estaba nervioso. No estaba del todo seguro de si darle el beso que le "debía" en ese momento, o si era mejor esperar un poco más. Decidí que lo haría según lo que surgiera, sería lo mejor, no tenia que forzar nada.






Valentina:

Acabábamos de llegar a casa de Sofi. Nos abrió la puerta y las saludamos, yendo ahora a su habitación.

- Che nenas ¿qué quieren hacer antes pintarnos las uñas o probar mi nuevo maquillaje?- nos preguntó la pelinegra sentándose en el suelo.

- Definitivamente las uñas- respondió mi prima- ¿pero de dónde sacaron todo esto?

- Fuimos a robarlo a la tienda nueva que abrieron- nos explicó la pelirroja sentándose al lado de Sofía.

Mari y yo asentimos, para hacer lo mismo que ellas; ahora estábamos las cuatro en el piso de la pieza de una de ellas. Mía comenzó a pintárselas a Mariela del color que ella escogió; azul.

Second Chance(Danilo Sánchez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora