Second Chance(Danilo Sánchez)

Capítulo 26

Valentina:

Hoy volvía a la escuela, y no podía apetecerme menos.

Iba a volver a ver a todos... a Danilo. Y también a la forra de Mía. Pero ya no me importaba ni su existencia, honestamente.

Ella era como un mosquito, molesto, que va picando para hacer daño, pero que al final es un insecto enano, que solo quiere llamar la atención.

Podía hacer o decirme lo que quisiera, que yo tenía grabado en mi cabeza que iba a ignorarla.

No volvería a darle el gusto de salirse con la suya, no de nuevo, mientras dependa de mi.

Decidí que tenía que verse este cambio de mentalidad que estaba tratando de tener respecto a ella, así que me atreví a volver a vestir como lo hacía antes de conocerla; me puse un top rosa pálido, junto a unos shorts de tiro bajo blancos. Me arregle igual que cada mañana y empecé el camino hacia la escuela.

Unos minutos más tarde me encontré con Mariela, la cual me sonrió nada más verme.

- Buen día Valen, ¿cómo estás?

- Mejor.

- Se te ve mejor, la verdad... ¿Estás preparada...?

- ¿Para ver a Danilo? No. Pero bueno... no puedo seguir evitándole.

Ella asintió y seguimos caminando.

- ¿Sabés algo de él?- me anime a preguntar por fin lo que llevaba en mi cabeza todos aquellos días- De cómo está o si sigue con la falopa...

Ella me miró con el ceño fruncido.

- Pensé que igual Carlos te dijo algo- le aclaré.

- Sí que me dijo algo, pero lo que no entiendo es porqué te seguís preocupando tanto por ese tarado después de todo lo que te ha hecho.

- Bueno, no podés esperar que deje de amarle así tan fácil. Además, me sigue importando, y quiero que esté bien, le sigo queriendo Mari...

- Ya...- me respondió a la vez que soltaba un suspiro- Bueno, na' más te voy a decir lo que sé para que te quedes tranquila.

Yo asentí, y ella tomó aire antes de volver a hablar.

- Carlitos me contó que Danilo está tratando de mejorar todo lo posible para recuperarte; ha dejado la falopa, en teoría, no está faltando a la escuela y se a vuelto a centrar en el fútbol...

Yo al escuchar aquello, no pude evitar que se me escapara una sonrisa. Al menos todo esto había servido para algo; él por fin iba a mejorar, e iba a esforzarse en no arruinarse la vida y el futuro.

- Eh- me llamo la atención Mariela al ver mi reacción- No eh, no.

- ¿No qué?

- Que ni lo pienses. No le vas a perdonar así de fácil. Eso son mínimos.

- Ya sé, tranquila.

- No, tranquila, no. Porque vos cuando le ves ya se te va la mente a otra parte y la lógica y sentido común desaparecen. Así que tenés que tener muy claro que no le vas a perdonar así de fácil.

- Si, Mariela, ya sé, de verdad.

- Bueno eso espero...

Finalmente llegamos a la escuela, y justo en la entrada se encontraba ciertas dos personas; Mía y Sofía.

Ellas al darse cuenta de mi presencia se me quedaron viendo, la pelirroja con su usual sonrisa  burlona, y la otra no entendía porqué daba la sensación que sentía pena por mi. Pero no le di importancia; si se juntaba con Mía era igual de horrible que ella.