Mi Adorada Esposa | Sasuke Uchiha | OC × Canon

Capítulo 6: Mi lindo esposo

Kahori Uchiha.

Respiraba profundamente abrazando a Sasuke con fuerza, su aroma se impregnaba en mi ropa, y mi bebé se removía un poco, puede que incómodo por como sus padres no dejaban de apretarlo por sus abrazos.

-Si dejé algunas cosas en la casa -murmuré en un hilo de voz.

- Tengo el equipaje de Sora y tuyo, no creo que hagan falta. - me informó acariciando mi cabello.

Ahí estaba mi esposo, me ahorraba mis pesares. Le quite al bebé de sus brazos, pero el negó con la cabeza.

- No te preocupes, puedo seguir cargando con él.

Sin dudarlo, acomode a mi bebé en mis brazos. Sasuke me ayudó a quitarme el rebozo poniéndoselo en mi lugar, con cuidado puse a Sora en su pecho.

Sasuke lo veía en silencio extendiéndole su dedo, que apenas podía ser tomado por las dos manitas de mi bebé.

Me sentía más tranquila ahora al entregárselo a alguien que sabía que lo iba cuidar. Era más reconfortante.

Puede que amé ser madre, pero estaba cansada, estuve días siendo solo yo y mi bebé. Me sentía agobiada.

Mi mano se deslizó sobre la de mi esposo, él apretó mi agarre. Ambos nos adentramos entre la aldea, buscando donde pasar la noche.

- ¿Tienes algún lugar en particular al que te gustaría ir?

- Solo quiero un futón suave y a mis dos chicos. - susurré mirándolo de reojo.

Pude notar una sonrisa en sus labios sin dejar de ver al frente.

- Creo que puedo cumplir con esas espectativas. - susurró.

Las noches con Sasuke siempre eran tranquilas para mí, podía estar en paz cuando estaba a su lado. Era tan atentó con nosotros que por lo único que debía preocuparme era por él.

- Esté lugar parece bien. - susurró Sasuke. Detuve mis pasos delante de un hostal de grandes puertas de madera.

- Recuerdo este. Aunque no era tan novedoso. Me quedé unas noches con mi hermano cuando llegamos a la aldea. - susurré recordando tiempos más tranquilos.

Narrador.

Ante la mención de Tomoe, Sasuke sonrío mirando a su esposa.

- Esté será, entonces. - aseguró con calma.

Ambos se adentraron, siendo bien recibidos. Esa hospitalidad era lo que necesitaba. No suplicaba por amor o cariño, solo algo de amabilidad.

- Es un hermoso niño, ¿Tiene nombre? - le pregunto una adolescente emocionada, Sasuke arreglaba todo en la caja viendo en que habitación irían a quedarse.

- Sora, yo siempre quice un varón.

- Que afortunada. Un esposo atento y un hermoso hijo, será un gran muchachito cuando crezca. - respondió la madre de la chica jugando con el bebé.

Un pequeño muy popular, estaría tranquilo mientras lo tuvieran en brazos. No era muy quisquilloso a diferencia de Sasuke de pequeño.

No había recibido más que miradas juzgandola desde que había llegado, aunque trataba de ignorarlas y concentrarse en lo que realmente era importante, su hijo, seguía sintiendolas en su espalda. Clavadas a su piel.

Ese comentario la había tomado desprevenida, en su momento más bajó.

- Muchas gracias. - susurró con una genuina felicidad, cerrando sus ojos y regalando una dulce sonrisa.