Capítulo 10: Mereces ser amado.

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Narrador.

Sasuke podía distinguir el sol a través de los árboles. Árboles inmensos, más grandes de los que jamás había visto. Siempre la aldea estaba sumida en una constante sombra, que lejos de ser aterradora, era reconfortante.

-¿Qué es esté lugar? -preguntó Naruto a un lado de Kahori. Perdiéndose entre la tranquilidad del ambiente. Un aura tranquila inundaba cada rincón que recorrían.

-Aldea Okkotsu, escondida entre los susurros -informó Uzui delante de ellos. Su voz, acorde al nombre de su aldea, fue susurrada con sutileza. Sostuvo el mango de su katana, manteniéndose en guardia.

Naruto miró todo maravillado, nunca había visto nada igual. Sasuke estaba un poco más tranquilo, pero podía admitir que le resultaba interesante.

-¡Oh! ¡Uzui! Ven aquí -exclamó un conocido del muchacho, provocando que esté se detuviera.

Kaori ya se había detenido antes que él. Conocía a la persona que lo llamaba. En shock, escucha una voz que ya había olvidado. Perdida en el pasado. Sus pies dieron vuelta hacia un hombre rubio, un poco más bajo que su esposo, más alto que ella.

Su cabello rubio brillaba como el lino, y una sonrisa familiar ya hacía sobre sus labios, llamando a un ser querido.

-Tomoe -dijo Uzui. Hablando con una figura de respeto para él.

Caminó unos pasos en su dirección y el hombre lo imitó. Sasuke, su esposo, tembló ante tal presencia. Con miedo, trató de tomar la mano mano de su esposa para reconfortarla, pero Kahori ya había dado un paso hacia el hombre, impidiendo este suceso.

-Kahori... Regresaste-. Tomoe la miró con dulzura. Sabía que regresaría, solo era una misión de rutina para ella.

-Hermano -susurró estupefacta. No podía creerlo. El destino le había entregado un regalo directo en ese momento.

Tomoe no entendía que ocurría, era una normalidad que se lanzará hablando de todo lo que hizo en sus misiones, o que estuviera en casa dormida.

-¿Qué ocurre? Yo también te extrañé muchísimo, vamos a casa. Ume prepará...

Se quedó con la palabra en la boca al sentir los brazos de su hermana envolverlo con fuerza. Fue un placer para él corresponder a su tacto, pero sintio algo diferente.

El sollozo de un bebé se escuchó tomándolo por sorpresa, alejándose por un reflejo. Un bebé se movía en un reboso en el pecho de su hermana, lloriqueando por ser aplastado.

-¿Un... Bebé? -susurró confundido.

Lo examinó con detenimiento, su corazón palpito con fuerza dándose cuenta de quien era su madre. Su dedo rozó la mejilla del infante, era cierto. Una pequeña corriente eléctrica inofensiva recorrió la piel del bebé, iluminándose por el primer tacto de un familiar cercano. De su tío. Era un Okkotsu.

Sus ojos temblaron por momentos antes de alzar su mirada hacia su hermanita, y hacia un hombre que se acercó a ambos, tomando el hombro de su esposa.

-Tú no eres mi princesa, ¿No es así? -susurró anonadado. Kahori apretó sus labios, algo adolorida por el golpe que había sido para su corazón escuchar eso. -Bueno, no al menos a la que despedí hace unos días... -añadió corrigiendose así mismo, sonriendo con amabilidad. Inclinó su cabeza hacia un costado. -¿Qué pasa, corazón?

Kahori tenía sus ojos bañados en lágrimas, su labio tiritaba de forma leve. Incapaz de articular palabras.

-Nada, hermanito... No pasa nada -susurró en un hilo de voz. Tomoe la abrazó una vez más, está vez cuidando al bebé en sus brazos.

Mi Adorada Esposa | Sasuke Uchiha | OC × CanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora