Primer día de guardería

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El ojiazul después de las clases fue directo a su casa para seguir planeando, ver si era necesario algo para que los tinys se entretuvieran o cosas para comieran.

Con lo que le quedaba de ahorros decidió comprar comida de tinys y algunos juegos para ellos, compró un mini tobogán y un columpio adecuado para los tinys.

En cuanto ya tenía todo preparado, mandó un mensaje en el grupo que tenían sus compañeros de clase.

Hola chicos, debido a los sucesos dados el día de hoy, abriré una guardería para su tinys, por cada recreo que los cuide serán $5 dólares.

De inmediato comenzó a recibir respuestas, algunas decían que mañana se los dejarían y unos pocos decían que estaba muy caro.

Kenny le contó a su tiny que el próximo día conocería a más tinys, pues el rubio acostumbraba a llevar al pequeño azabache a la escuela sin embargo el tiny no hablaba con otros pues temía que los llegaran a pisar al estar jugando.

El de ojos avellana miró al rubio con emoción en los ojos, y abrazó como pudo al ojiazul.

El rubio enternecido ante aquel acto rió levemente.

El resto del día había transcurrido viendo a que tinys tendría que cuidar.

Ya tenía una lista, estaba llena de nombre de tinys, los acomodó en orden alfabético para que estuviera un poco más acomodado, estaría pasando lista para estar seguro de que todos los tinys estuvieran con él y no se escaparan.

El más emocionado por esta idea era el tiny ojiavellana, ya quería conocer nuevos tinys y quizás podría llegar a ver a su amigo pelirrojo, ya quería que fuese el día de mañana.

El día que tanto anhelaba el pequeño, no tardó en llegar, el rubio estaba por llegar a la escuela y el tiny azabache podía ver esto gracias a los hoyos de la mochila del de parka.

El tiempo pasaba rápido, tan rápido que por fin llegó el momento en el que esperarían a que los tinys llegaran.

De poco a poco sus compañeros le entregaban los tinys para que los cuidara.

Los primeros en entregar sus tinys fueron su mejor amigo y su amigo pelirrojo.

El tiny pelirrojo se acercó al pequeño azabache en cuanto lo vio, contándole todo lo que le había pasado en ese tramo de tiempo, el tiny castaño se sentía excluido, pues sólo conocía al pelirrojo y en ese momento el tiny no hablaba con él.

–¿Oye y quién es él?– preguntó el de orbes avellana refiriéndose al pequeño robusto tras del tiny ojiverde.

–¡es mi destinado!– respondió con emoción –lo siento por no haberlo presentado, Stan él es Eric, Eric él es Stan, un amigo mío– presentó a su destino y su amigo.

Aunque el castaño desconfiara un poco el azabache en poco tiempo le comenzó a hablar cómo si lo conociera de toda la vida.

Comenzaban a llegar más tinys, hasta que el rubio comenzó a tomar lista es cuando comenzaron a conocerse entre sí.

Los tinys en estos instantes eran demasiado tímidos, sólo se juntaban con quien ya conocían, aparte de eso  estaban demasiado separados entre grupitos.

El que estaba a cargo de todos aquellos individuos pequeñitos comenzó presentándose e incluso les aclaró el porqué los estaba cuidando.

–Hola me presento, soy Kenny, y los voy a estar cuidando por 40 minutos cada que los traigan sus versiones grandes– habló con una amable sonrisa el rubio ante aquellos pequeñines.

–¿Es obligatorio hacerte caso?– habló el que traía un pequeño chuyo azul con su típica voz monótona.

–Sí, es para que estén seguros y tranquilos no va a ser aburrido, traje cosas para que se diviertan– decía el ojiazul mientras sacaba lo que el día anterior había comprado, poniendo aquellos objetos en la mesa.

Los tinys en poco tiempo comenzaron a acercarse a lo que había traído aquel adolescente, era bastante variado, había desde colores y hojas pequeñas hasta un tobogán de su tamaño.

Casi todos tenían una sonrisa de ilusión, excepto un tiny azabache el cual parecía estar buscando algo o a alguien.

–Stan, ¿qué pasa?– preguntó el más grande de estatura –Ayer estabas muy emocionado ¿algo faltó?– añadió con un tono de preocupación el chico.

–No... bueno es solo que– suspiró el llamado para poder continuar –mira a todos, la mayoría está con su destino y yo estoy solo– finalizó con un tono triste.

–No estés triste por eso– decía el rubio mientras acariciaba el cabello del tiny con la yema de su dedo índice –cada quien encuentra a su destinado a distinto tiempo– trató de mejorar el ánimo del pequeñito.

–Pero ya hay un tiny de aquí que conoce a mi destino, ¿por qué yo no puedo conocerlo?– daba sus quejas al ojiazul.

–Porque yo no estoy listo– el tiny se quedó observando con intriga al rubio para que continuara.

–No sé si él me acepte.. y en ese momento no quiero que tú también salgas dañado– continuó rubio con un tono apagado.

El tiny lo miró y lo abrazó como pudo, quedando abrazado a tres de sus dedos, aquella acción le subió el ánimo al rubio.

Aunque el tacto que tuvo con el tiny le subió el ánimo no fue lo suficiente, el ojiazul se sentía culpable, su tiny no era lo suficientemente feliz por su culpa.

Sin más el tiempo transcurría y el ánimo subía.

En ese tiempo ya habían hecho bastantes cosas, cómo dibujar entre todos, bailar, tirarse del tobogán, etc... todos sin excepción estaban felices ahora.

Sin embargo todo lo bueno tiene un final, y este final lo condenó la campanada que finalizaba el receso.

Los alumnos comenzaban a entrar al salón de clases, alumnos los cuales habían dejado a sus tinys con el rubio.

–Gracias por cuidarlos Kinny– dijo el mejor amigo del ojiazul mientras agarraba a su tiny y al tiny de su quedante.

– De nada Cart– sonrió el rubio hacia el mencionado –Adiós pequeñitos, espero verlos pronto– dijo a los 2 pequeñitos que estaban en la palma de la mano contraria.

Los 2 tinys se despidieron del de parka para ser llevados a con el chico de ushaka verde, el cual los colocó bajo de esta en cuanto el profesor entró.

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Gracias por leer esta mierda, no sé como vayan a ser ahora las actualizaciones por problemas que tengo en mi mano, espero que entiendan si estos capítulos tardan más en salir.

Sin decir más tengan lindo día/mañana/ noche.

Los quiero ❤️

°•°Mini amor°•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora