°•°Mini amor°•°

💙🧡¡Por fin!🧡💙

Los días pasaban, eso indicaba que el rubio cada día iba haciendo cada vez un mejor lazo con los tinys que cuidaba, sin embargo en estos momentos estaba en la cancha sentado en las gradas, junto a todos sus compañeros de clase.

La razón de estar ahí era porque una chica de menor grado ya había sido marcada, situación de la que se percató el director y quería hablar de ella.

-¡Cómo es que se te ocurrió esto!- le preguntaba a la chica, la cual se veía bastante nerviosa y estrenada.

El castigo no era importante para un tiny que se encontraba en los bolsillos del de parka por lo que el pequeño azabache decidió ir al salón a hablar con sus amigos.

El pequeño ojiavellana paseaba por toda la escuela para llegar al salón donde estaban los demás tinys que conocía.

Algo que al tiny le extrañaba mucho es que no hubiera nadie en los pasillos, sabía el porqué no había, pero se sentía extraño no ver a ningún alumno saltándose clases.

Sin embargo el siguió con su camino al salón, aunque era largo el camino él era persistente y no se rendiría.

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Un pequeño rubio estaba muriéndose de curiosidad, quería salir aunque el que lo cuida le hubiera dicho que se quedara en la mochila.

Era la primera vez que Stan lo llevaba a la escuela, pero lo llevó con muchas condiciones, como no escaparse, no salir de la mochila sin permiso y más.

Bien sabía el porque le había puesto tantas "reglas", sin embargo la curiosidad se lo comía y aún más cuando escuchó una voz, esta le llamó la atención pues era muy parecida a la del azabache que lo tenía.

Se asomó por el cierre mal cerrado de la mochila en la que estaba y no esperaba ver lo que vio.

Vio a un azabache hablando con su amigo castaño, quería salir e ir a hablar con ellos, pero las condiciones que le habían puesto lo impedía.

—un rato no afectará— pensó el pequeño rubio, para comenzar a abrir el cierre y que si cupiera por ahí.

Salió en cuanto pudo, cada paso que daba el chico en dirección a su amigo se sentía atraído por una fuerza que nunca había sentido.

No lo pensó dos veces en cuanto vio la cara del azabache lo había reconocido, corrió y lo abrazó por detrás, sintió como su pequeño corazoncito se aceleraba de la emoción.

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El azabache sintió unos brazos por su espalda, se volteó y vio cabellos rubios, sabía de lo que se trataba, al fin había encontrado a su destinado, una gran sonrisa invadió su mirada, era aquel tiny al que tanto había buscado el portador de aquella, era hermosa.

–¡Chicos detengan esa mierda gay que están haciendo, me voy a quedar ciego!– exclamó el pequeño castaño en cuanto aquel brillo apareció en los tinys.

El brillo había parado casi en el momento en el que el de orbes bicolor habló.

El castaño al ver que era su primera vez viéndose decidió irse a hablar con alguien más.

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El rubio lo primero que hizo fue abrazar a aquel tiny y darle un pequeño beso en la mejilla.

El abrazo fue correspondido y pudo observar como el azabache se ruborizó ante el contacto en su mejilla.

Los dos pequeñitos comenzaron a hablar de todo lo que le ha pasado y el porque no se habían visto antes.

Solo que su plática se tuvo que detener en cuanto escucharon voces en el pasillo, voces que pertenecían a los alumnos de aquella escuela.

El rubio volvió a la mochila de la cual había salido y vio como su destinado se escondió en otra mochila, sin embargo aquella estaba rota, parecía que la habían usado diez años seguidos.

Esperaría hasta que llegara otro momento en el que no hubiera nadie más.

Pasaba el rato y sonó un timbre, el tiny veía a todos salir sin embargo también veía unas piernas las cuales se movían de un lado para el otro.

No quiso salir por ver aquellas piernas, Stan le había dicho que nadie lo podía ver para que no le sucediera nada, el azabache se preocupaba demasiado.

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Terminó aquel tiempo, pasó más rato escuchando profesores y derrepente volvió a sonar aquella campana, sintió como se elevó y se movía la mochila en la que estaba adentro.

Sintió como se aceleró el paso a tal punto de que terminó agarrándose de una libreta para no ser aplastado.

Sintió como se frenó el más alto y como bajaba la mochila.

–Perdón Kenny– dijo el azabache apenado mientras sacaba al tiny de su mochila, tiny el cual tenía cara como si hubiera visto al diablo en persona.

El tiny no dijo nada y se escondió en el gorro del ojiavellana.

En cuanto llegaron a la granja el pequeñito salió de su escondite y comenzó a escuchar lo que decía el azabache.

Stan le hablaba al tiny sobre no volverlo a llevar a la escuela por el peligro.

Aquella noticia hizo que el pequeño rubio se pusiera preocupado, le prometió a su destino volver a verse al día siguiente.

–Oye amiguito, ¿todo bien?– preguntó el azabache al ver la preocupación en los ojitos azules.

–Sí, todo bien– respondió el pequeñín, el azabache no se tenía que enterar de que se había salido sin su permiso.

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Los días pasaban, el tiny azabache y el tiny rubio comenzaron a enfermar.

Al no tener contacto con su destinado les estaba afectando, y lo peor del caso es que los chicos que los cuidaban no sabían que estaban enfermos por aquella razón.

No les podían decir que se conocieron por fin.

Si les decían eso lo más probable es que se metieran en problemas, no querían que sus versiones grandes se sintieran obligados a estar juntos por el simple echo de haber desobedecido una orden.

Sin embargo no querían morir.

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El rubio comenzaba a estar nervioso, ¿por qué le pasaba eso a su tiny?

¿Era por que todavía no estaba con su destinado? O ¿falta de amor hacia su tiny?

Lo estaba intentando todo hasta que sólo le quedó una opción.

Decirle a Stan sobre sus sentientos.

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Holiiii, como andan, yo bien, el sábado 20 me dicen que onda con mi mano y por aquí les aviso como va todo.

Les quería agradecer todo el apoyo los quiero demasiado.

Sin más que decir tengan lindo día/mañana/noche.

❤️❤️❤️