Capítulo 31

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Nataniel se encontraba dormido en brazos de sus suegros, las feromonas de sándalo y naranja de Hwa y las de jengibre y menta de Ji Yong, realmente le ayudaban, ya que aún continuaba con náuseas, agruras y cansancio.

Un grito de dolor, lo despertó y alertó a todos en la mansión, la Nana Lee, salió corriendo de la cocina.

-Mis niños donde están, qué pasa- vio a Nataniel en el sofá con Hwa y Ji Yong, por lo que de inmediato pensó, -¡Pablo!- corrió a las gradas gritando el nombre del omega, los otros la siguieron.

-Pablo, Pablo, cariño ya voy, ¿Qué te pasa cariño?-

Entraron de golpe a la futura habitación de los cachorros, Pablo estaba sentado en un sofá comiendo una cajeta de coco, que su alfa había mandado a traer de Costa Rica, veía con extrañeza a los recién llegados.

-Pablo, está todo bien- la Nana Lee se dirigió a él preocupada.

-Sí Nani, mira- y señaló al piso donde un desorden de piezas de cunas de bebé se veían por todos lados, Nam se encontraba tirado en el suelo en posición fetal con una mano sujetándose el dedo pulgar de la otra.

-Mi amor, ¿Qué te pasó?- Nataniel se dirige a él pero el tamaño de su pancita le impidió agacharse.

-Se lo dije, que esa pieza no iba ahí, pero él insistió, al ver que no calzaba la agarró a golpes y se pegó en el dedo con la llave de tuercas- George contaba lo sucedido a carcajadas.

-¡Ay, ay, mi dedito!, que malo eres George, riéndote del mal ajeno, eres malo-

-Bueno mis niños les di la oportunidad, pero están tardando mucho con esto, voy a llamar a la tienda para que envíen a los técnicos y que armen e instalen todo-

-Está bien Ma- dijeron los alfas jóvenes al tiempo.

La Nana Lee acariciaba la cabeza de los omegas que tenían una mínima pelea, ya que Nataniel le quería robar un poco de la cajeta de coco a Pablo y este estiraba el brazo dejándola lo más lejos posible del descarado ladrón de antojos.

-Amor, en serio mi travieso omega, peleando por comida- George miraba divertido la escena.

Pablo a regaña dientes metió la mano en uno de los bolsillos de su vestidito maternal y sacó una cajeta en un paquete sellado y se la entregó a Nataniel.

-Me debes una, ¡Antojado!- dijo Pablo con tono infantil.

Nataniel la tomó pegando un pequeño chillido de emoción y besó la mejilla de Pablo.

-Gracias hermanito- abrió el paquete y le dio un gran mordisco que cubrió casi la mitad de la cajeta.

-Con gusto, hermanito- Pablo alborotó el cabello de su Nat, con cariño, pero sin dejar de ver la cajeta que este se estaba comiendo, tendría que llamar a sus padres nuevamente y hacerles el encargo de que le envíen unas cuantas más, y cuando vinieran a Corea en algunos días le trajeran otros antojos que tenía.

-Bien, vamos mis niños es tiempo del té- la Nana dirigía a los omegas a la salida de la habitación.

-Pa, realmente quería hacerlo junto a George, pero creo que no tengo la habilidad ni la paciencia- se quejaba Nam.

-Lo sé hijo, pero es mejor que los profesionales en la materia se encarguen y así asegurarnos del bienestar de los cachorros, ya luego podrás armar muchas otras cosas para tus hijos, te lo aseguro-

-Está bien papá, vamos a tomar el té-

Salieron de la habitación, caminaron por el pasillo, bajaron las escaleras y al entrar al comedor la escena los tomó por sorpresa; Nataniel y Pablo comían alegremente los pastelillos de fresa con glaseado de crema, que la Nana les había preparado, tenían las mejillas abultadas por tener la boca llena con los pastelillos y sus narices y labios llenos de glaseado, eran muy lindos a los ojos de los alfas, quienes enternecidos tomaron sus respectivos asientos. Este momento será atesorado por siempre.

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Eran las tres de la mañana y un inquieto omega se movía a un lado y otro de la cama.

-Amor, está todo bien-

-Alfa, creo que comí muchos pastelillos por la tarde y el asado de la noche no me ayudó, creo que estoy indigestado, me duele el estomago-

-Mi omega travieso, te lo dije, que no exageraras, voy a despertar al tío para ver que te puede recetar para la indigestión, de acuerdo-

-George, no tardes, en realidad no me siento bien-

-Sí amor, ya vuelvo con el tío-

George salió de la habitación, caminó por el pasillo iluminando el camino con la luz de su celular, no quería encender las luces para no despertar a los otros, llegó a la puerta del cuarto de Do Hyun y tocó con tres golpes, no recibió contestación, así que decidió abrir la puerta e ingresar en la habitación, se encontró a Do Hyun, acurrucado en su cama, le dio un poco de lástima despertarlo, pero su omega lo necesitaba.

-Tío, tío- lo movía por el hombro mientras lo llamaba -despierta-

-¿Qué pasa, ya vienen los cachorros?- Do Hyun se levantó de golpe de la cama casi tirando al suelo a George.

-No tío, pero Pablo no se siente bien, dice que se indigestó por que comió mucho-

-Vamos hijo, vamos a verlo-

Saliendo de la habitación, ambos sintieron un profundo dolor en el pecho y George escuchó el llamado lastimero de su omega. Las puertas de las otras habitaciones comenzaron a abrirse y dejaban ver a sus ocupantes, Hwa se colocaba la bata, miró a George.

-Es Pablo, nos está llamando, corran- todos se dirigieron a donde se encontraba Pablo y lo que vieron los dejó helados.

-¡Amor!- George se abalanzó al encuentro de su omega quien estaba a punto de caer al suelo, lo atrajo a sí mismo, mientras con ojos de horror buscaba a su tío quien ya se encontraba al lado de la pareja. George no podía creer lo que veía, las manos se le llenaron de sangre, la sentía correr por las piernas de su omega, quien yacía inconsciente en sus brazos.

-¡Pablo, Pablo, Amor despierta!, ¿Tío qué pasa? ayúdalo por favor- George miraba con ojos suplicantes al alfa mayor.

-Tranquilo hijo, tranquilo, acuéstalo tengo que revisarlo-

George lo levantó más y lo colocó sobre la cama; en la puerta un aterrado Nataniel veía todo en brazos de su alfa, quien liberaba un poco de sus feromonas para calmarlo, Harry se acercó a su hijo para darle apoyo y Hwa y Ji Young decidieron quedarse en la entrada atentos a la situación, por si ocupaban de ellos pero dejando espacio prudente para no estorbar.

-Hijo, todo estará bien, tu omega es fuerte, tranquilo- Harry hablaba a su hijo, pero dirige su mirada a Do Hyun esperando alguna reacción, todos sentían una presión fuerte en el pecho y un sentimiento de desconsuelo que sabían provenía principalmente de George.

-NOS VAMOS A LA CLÍNICA, YA - gritó para todos Do Hyun.

Mi Adorado OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora