Capítulo 10

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-Oh no, Pablo, tengo que llamarlo o se preocupará - dice sobresaltado el omega.

-Cariño, George te traerá ahora un celular nuevo y podrás llamar a quien quieras, pero por favor respóndeme-

-Bien, Pablo es, mi mejor amigo, es más yo lo considero como mi hermano mayor, y él me ve como su hermano menor, él me ayudó y apoyó cuando más lo necesité-

Nataniel le contó todo lo sucedido con la muerte de sus padres, el apoyo incondicional de Pablo hace años y de cómo era la relación que ambos tenían.

-Bueno, pues ahora que sé todo esto, Pablo no me cae nada mal, quiero conocerlo y agradecerle todo lo que hizo por ti-

-Estoy seguro que Pablo no aceptaría tu agradecimiento, él siempre ha creído que nació para conocerme y cuidarme- le decía con una amplia sonrisa.

-Toc, toc, toc- escucharon la puerta del dormitorio ser tocada.

El alfa se levantó del suelo, tomó la sábana y comenzó a cubrir el cuerpo de Nataniel hasta la mitad de la espalda.

-Adelante- dijo en voz alta.

-Llegue del aeropuerto, aquí están las maletas y el teléfono que me pidió- dijo George mientras saludaba con una reverencia.

-Me alegro que ya se encuentre despierto señorito Nataniel- le dijo al omega mientras le sonreía sinceramente- un gruñido se hizo escuchar y George borró la sonrisa al volver a ver a su jefe con cara de pocos amigos.

-Señor, a eso le llamamos amabilidad-

-Ya cállate tonto, a ver dame acá el teléfono que a mi omega le urge hacer una llamada- dijo con tono amigable.

George, saca de una bolsa la caja del dispositivo, abre la caja y enciende el teléfono celular.

-Señorito, solo ingrese su correo electrónico para configurar su dispositivo, así podrá descargar la copia de los datos de su anterior teléfono.- le dice mientras le entrega el teléfono a Nataniel.

-De acuerdo, gracias señor George-

-Dime solo George- otro gruñido se dejó escuchar, George volteó a ver a su jefe, mientras le ponía los ojos en blanco con una expresión de fastidio y diversión, se acercó al oído contrario y con una voz casi imperceptible le dice a su jefe, - tranquilízate fiera, o lo asustaras-

-¿Cariño, lograste recuperar los datos de tu anterior teléfono?-

-Sí, bueno, en realidad no era mucho lo que tenía en él, mis contactos son solo los de mi jefa del trabajo, mi doctor y Pablo. No soy lo que llamarían sociable-

El alfa sonrió con ternura ante la inocencia de su pequeño, pero algo llamó su atención, -Bebé, ¿Tienes un médico que te vea con regularidad?-

-Sí, es el Dr. Hernández, el me ha visto desde que tengo conciencia, él era amigo de mamá y papá, y siempre ha sido el único doctor que me ha visto.-

-Cariño, ¿tienes alguna enfermedad o condición que requiera que te estén valorando?, de ser así llamaré al Dr. Park de inmediato para que esté al tanto de ti-

-No es necesario, Nam, no te preocupes, en mi maleta de mano están mis medicamentos y todo lo necesario, yo me preparé con el doctor antes de mi viaje, me entregó dosis extra de mi medicamento para evitar contratiempos.-

- Puedo saber ¿Para qué es tu medicamento, Amor?-

-Bueno, desde niño el doctor me veía junto a mamá, decían muchas cosas que no entendía, lo único que sé, es que en mi adolescencia, inició en mi una condición que me hacía tener ataques de pánico, calenturas altas y dolor, el médico le indicó a mamá que todos los meses debía inyectarme para evitar que esa condición se presentara, y desde entonces siempre me he inyectado, el Dr. Hernández me revisa cada cuatro meses o cuando siento algún malestar y el debe variar mi dosis. -

Yong Nam y George se veían con miradas cómplices mientras escuchaban el relato de Nataniel, George asiente de forma disimulada hacia Nam, abre de forma silenciosa la maleta de mano de Nataniel, toma uno de los frascos del medicamento, aprovechando que por la posición del omega este no podría verlo y se retira sin decir nada.

-Amor, debes descansar,- le dice mientras se acerca a él, le acaricia la cabeza y el rostro y lo besa en la frente- duerme, en unas horas más te despertaré, para cambiar tus vendajes y darte los medicamentos, de acuerdo-

-Sí, gracias, la verdad me siento muy cansado, creo que es el jet lag- le decía mientras daba un gran bostezo.

-Claro Amor, debe ser eso, es un largo viaje el que has hecho, que descanses y se inclina para besar castamente y con ternura los labios contrarios, le sonríe y se retira de la habitación.

Nataniel, aunque cansado, no podía escapar de sus pensamientos.

-¿Qué estoy haciendo?, estoy loco acaso, apenas y conozco a éste sujeto y me dejo tratar por él como si fuéramos íntimos, por la diosa, me dejé besar por él, en el avión cuando nos besamos por primera vez, tenía ganas de hacer mucho más, estaba como embriagado, no podía pensar bien, ¿Qué me pasa?, es atractivo, mierda, él no es cualquier hombre es un alfa y uno muy atractivo, ¿QUÉ ESTOY DICIENDO?, diosa ayúdame, ¿Me estoy enamorando de Nam?, él es bueno, y amable, es, es tan hermoso, besa tan bien, sus manos, su cuerpo, es tan cálido, si Pablo supiera lo que estoy pensando en este momento se burlaría tanto de mi, ¡Por la diosa, no llamé a Pab!

Pablo se encontraba sumamente angustiado, iban dos días que no sabía nada de su amigo, no pudo dormir y juraba que si hoy no recibía señales de vida de su hermanito, dejaría todo botado y tomaría el primer avión a Corea del Sur, el teléfono sonó asustando a Pablo.

-Mierda, ¿Quién llama a esta hora? - Tomó su celular de mala gana, contestó casi como reclamando al atrevido que llamaba a las cinco de la mañana.

-¡Aló!-

- Pab, soy Nataniel-

-¡Nat!, estaba tan angustiado, como te atreves a desaparecer así, me debes una explicación niño- le reclamó casi atropellando las palabras.

- Pab, Pab, mi amado Pab, estás sentado, tengo muchísimo que contarte.

Mi Adorado OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora