Capítulo 28

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-Patrick, nosotros nos encargaremos de los que están en la pista de aterrizaje, de seguro ellos aprovecharán el disturbio para dirigirse donde los omegas, estén atentos a la llegada de ellos con el resto de sus hombres.-

Patrick comenzó a reír -Amigo mío, ya estás viejo, se te está olvidando lo que es un Blate, digamos que otros amigos de las fuerzas especiales de Corea del Sur se unieron a nosotros y la pista ya está limpia, y tu nuevo yerno y sobrino son una maravilla, estamos en un día de campo divino frente a la cabaña donde están ellos, por cierto son adorables, ustedes son afortunados de tenerlos, los esperamos acá, cambio y fuera.-

-Este tonto, oímos bien hermano- Harry volteó a ver a Ji Young.

-Día de campo, será un código en clave.-

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Aterrizando, Mike confirmó que algo no estaba bien.

Estamos a doscientos metros de la ubicación, procedemos a pie, con cautela.- Indica a todos Harry.

Los tres extraños se quedaron atrás de la cadena de caminantes.

-¡Qué carajos Andrei, y los hombres!-

-Lo ignoro Señor, la última vez que confirmé ubicación se encontraban aquí-

-Prepárense para cualquier cosa, creo que somos sólo nosotros tres, más los hombres de la cabaña-

-Si Señor-

Llegando a cincuenta metros para divisar la casucha, un sonido los hizo detenerse a todos.

-Risas, esas son risas- exclama Hwa un tanto incrédula.

Todos comenzaron a correr la distancia restante, cuando llegaron al claro frente a la cabaña no daban crédito a sus ojos. Patrick y sus hombres se encontraban sentados sobre la hierba, junto a ellos los hombres de Mike, comían charlaban y se divertían, algunos tenían colocadas coronas de flores en sus cabezas y otros tenían su cabello trenzado; en un sofá que habían sacado de la cabaña se encontraban los dos omegas sentados cómodamente, Nataniel hacia hermosas coronas de flores, y Pablo tenía sentado frente a él a un joven alfa al cual le estaba concluyendo la trenza que hacía en su cabellera de mediana longitud. Ante la presencia de todos , Nataniel se percató de ello y gritó con alegría.

-Alfa, al fin llegaste, ya me estaba aburriendo.- se levantó del sofá, al mismo tiempo que Pablo, e iban a comenzar a caminar hacia sus respectivos alfas, cuando vieron como Iván y Andrei apuntaban con un arma a la cabeza de George y Nam respectivamente.

-Cállense malditos omegas, todos atrás o los matamos- gritó Mike, Nataniel y Pablo ni siquiera se inmutaron.

-Mike o mejor dicho Alexei Mikhailovich Volkova, esto se terminó, suéltalos y seremos buenos con ustedes- Ji Yong, trató de acercarse y Andrei presionó el arma con mayor fuerza en la sien de Nam.

-Nos vamos a largar de aquí con Yong Nam y George, nos llevaremos el jet, no nos sigan o ellos morirán.- Los tres comenzaron a retroceder sin soltar a los alfas. Los mayores no pretendían poner en riesgo a los jóvenes alfas.

A lo lejos Nataniel miraba con calma a Pablo y con un ademán le indicó que era la hora. Nataniel solicitó a sus cachorros que se preparen y acomoden. Pablo habló con una voz muy calma y un delicioso aroma a vainilla y chocolate dulce se comenzó a captar en el aire.

-Alfas, bajen las armas- los dos que apuntaban a Nam y George obedecieron al instante.

-Entreguen las que tengan, con cuidado, a mi suegro y vengan a sentarse, se ven sedientos, tomen té- los alfas procedieron, ante la mirada atónita del resto de los recién llegados.

Alexei, al verse derrotado y sólo, comenzó a correr en dirección al jet para huir, Harry y los otros iban a comenzar a perseguirlo, cuando por sobre sus cabezas, sintieron pasar una sombra, se detuvieron y miraron a un gran lobo blanco dar grandes zancadas tras Alexei, el lobo no tardó mucho en alcanzarlo, golpeándolo con una de sus patas, haciendo a Alexei caer, ya en el piso la cara de terror de éste fue tal, que simplemente no podía moverse, cuando reaccionó, sacó un arma y la apuntó a la mandíbula del lobo, iba a apretar el gatillo cuando el dolor que sintió fue tal que lo hizo dejar caer el arma, ceñido a su brazo se encontraba el hocico de otro lobo, este era de color gris, solo un poco más pequeño que el lobo blanco.

-Bueno, creo que el día de campo terminó- dijo Patrick en voz alta, él y los hombres que lo acompañaban se levantaron y comenzaron a llevarse a los otros hombres, algunos entraban a la cabaña por los betas, que aún estaban dormidos, Patrick llegó donde se encontraban los lobos con Alexei, tomó a este último, del cuello de su camisa y lo levantó de un tirón.

-Tu pequeña escoria, vienes conmigo, luego me darás las gracias por salvarte, ahora, te llevaré con la interpol, junto con todos los tuyos. Harry amigo, seguimos en contacto, me dio gusto verte, aunque me gustaría más verte en otras circunstancias.-

-Gracias amigo, te agradezco por sacar la basura- Harry bromeó con ello ya que por la posición en la que llevaba a Alexei daba la impresión que llevaba una bolsa de basura.

-Siempre a tus ordenes amigo, nos vemos-

En cuestión de minutos el lugar quedó vacío. Los lobos se contoneaban alegremente, mientras se dirigían en dirección a los alfas, el lobo gris se adelantó y saltó sobre George, el cual perdió el aire por un momento, el lobo era grande y le doblaba el tamaño, reconoció de inmediato el olor de su omega y a su cachorro, pero ahora era más intenso y dulce.

-Mi amor, pero que es esta sorpresa, estás hermoso- el lobo le daba lengüetazos en la cara y el cuello a George y movía su cola con entusiasmo.

Cerca de ellos, Nam abrazaba con fuerza al gran lobo blanco, mientras le decía al oído.

-Mi Bebé, mi Tani, mi adorado omega, te amo.- En sus brazos el lobo frotaba su cabeza alrededor del cuello y cara de Nam, poco a poco se hacía más pequeño, hasta recuperar su forma humana, al estar desnudo, el alfa se quita el abrigo que llevaba puesto para cubrirlo, lo rodea con sus brazos y lo comienza a besar con necesidad.

-También te amo mi alfa, también te amo mucho.-

Por su parte George, cubría a Pablo y se demostraban amor por medio de besos y caricias por la añoranza que sienten por estar en cercanía uno con el otro.

El resto de la familia se allegó a las parejas y se saludaron con cariño, Hwa, no quería separarse de sus pequeños niños, sin embargo tuvo que hacerlo pues un par de jóvenes alfas celosos, tomaron en sus brazos a sus omegas y caminaron al jet para retirarse del lugar. Tenían mucho que hablar llegando a casa.

Mi Adorado OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora