🔺Luces Rojas /Hwang HyunJin • Bang Chan 🔺

✧｡Capítulo 1｡✧

8:45 pm.

"Se presume que el robo pudo haberse efectuado a las 7:29 pm, informó el comandante de la policía en la reciente conferencia de prensa..."

"Hasta el momento no se tiene arrestado a ningún sospechoso, pero la policía viene realizando un intenso operativo a estas horas de la noche...."

"Se espera que los implicados caerán pronto, ya que es imposible andar caminando por ahí con tanto dinero sin levantar alguna sospecha..."

"Varias calles han sido cerradas a la redonda; y en colaboración con el alcalde de la metrópoli decidieron que nadie saldría de la ciudad, en un plazo mínimo de veinticuatro horas..."

"Algunos trabajadores del lugar indicaron que no notaron nada extraño minutos antes del atraco, y el día había transcurrido tan normal como siempre; aún no se descarta que haya sido un trabajo interno, por ello mismo vienen interrogando a cada trabajador..."

"Nuestro corresponsal nos informa desde el lugar de los hechos..."

El encargado de aquella tienda de conveniencia iba cambiando de canal en canal, y en todas ellas se hablaba de lo mismo. Dejó el control sobre el mostrador, y se asomó por la puerta viendo con incertidumbre el caos que se vivía en la calle a esas horas de la noche.

El color en el semáforo volvió a cambiar, pero los autos no avanzaban ni un maldito centímetro. La vía principal se había convertido en un verdadero infierno desde hace más de cuarenta minutos, y las bocinas de algunos conductores se hacían oír desesperadas en son de protesta.
La situación resultaba frustrante para cualquiera, pero al mismo tiempo podría ser comprensible si el problema derivaba de un accidente. Aún así, a esas horas de la noche la gran mayoría de la gente retornaba a sus casas, y lo último que se deseaba era estar atrapado en el infernal tráfico.

—¡Demonios! Y justo cuando quería darme un largo baño de burbujas —se lamentó aquella castaña dentro de su auto negro.

Ella apoyó su frente contra el volante intentando no perder la poca paciencia que le quedaba; el sonido enloquecedor de las bocinas volvía todo más sofocante. Ella se sentía tan cansada, sucia y con hambre; que no veía la hora de estar en su casa. No tenía la más remota idea de lo que estuviera pasando, pero esperaba que pronto se solucionara. Detestaba estar allí, atrapada en ese embotellamiento, su día había resultado tan difícil y estresante, como casi siempre, que el único lugar donde podía encontrar un poco de paz era en su hogar.

¡Rayos!

Ella sabía que usar la avenida principal a esas horas de la noche resultaría agobiante, y todo por detenerse a comprar algunos comestibles, de lo contrario hubiera usado el atajo que siempre acostumbraba.

—¡Qué mierda hacen! ¡Avancen! —gritó el hombre de su costado tocando con impaciencia la bocina de su auto— ¡Llevamos una hora aquí!

—¡Yah! No se da cuenta que hay policías al frente, de seguro ocurrió un accidente.

—¡Aish! ¡Nadie pidió tu opinión, mujer! —le espetó con rudeza, y sin deferencia alguna siguió tocando la bocina— ¡Avancen!

A ella le importó una mierda la edad del tipo, y mandando al diablo la cortesía aprendida, lo fulminó con la mirada. El hombre le devolvió el gesto, y ella estaba lejos de sentirse intimidada. Se quitó el cinturón de seguridad, dispuesta a bajar de su auto para poner en su lugar a ese desubicado, pero justo un policía venía acercándose en su dirección.

¿Acaso habría adivinado que iba a deslenguar a ese viejo impertinente?

—Lamentamos los inconvenientes, pero acaban de asaltar el banco estatal, y hemos cerrado varias cuadras a la redonda. Además, estamos revisando cada vehículo, es por eso que el tránsito es limitado