✧。Capítulo 10。✧

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Ver a esos dos adentrarse al ascensor causó en Bang Chan una extraña sensación de desconfianza. Podrán ser primos, pero había algo que no terminaba de gustarle o mejor dicho ese pelirrojo no le había simpatizado para nada.

Bang Chan no sabía que era, pero era demasiado obvio que Elinna no estaba contenta con la presencia de su primo. Todo era demasiado extraño, él tenía entendido que Elinna no tenía mucho apego a su familia lejana, ni siquiera era cercana a sus padres. Entonces, ¿por qué de la nada aparecía ese supuesto primo? Tal vez lo estaba juzgando mal, pero la sensación que le provocó al ver sus ojos grises solo aumentó su recelo. Por esa razón, tenía la intención de bajar con ellos; por ningún motivo quería que ese chico volviera a tocar a Elinna, pero la Directora lo llamó deteniendo así sus intenciones.

Desde su lugar, veía como la castaña tenía la mirada perdida en algún punto de la pared, parecía preocupada o quizá triste. Bang Chan siguió mirándola, deseando que ella lo viera aunque sea por unos segundos, quería transmitirle un poco de calma ante lo que sea que la estubiera incomodando, pero ella no lo hizo. Y antes de que las puertas del ascensor se cerraran, fueron los ojos altaneros de Hyun Jin que se clavaron en los suyos.

—Bang Chan, querido. Necesito las estadísticas de..., ¿me estás escuchando?

—Sí, señora. Vamos a mi oficina.

Mientras tanto, en el ascensor la tensión parecía poder cortarse con un cuchillo y el aire se tornaba cada vez más espeso. Fácilmente uno podía morir asfixiado en ese lugar, y más, si sentías que todo te estaba llevando a tu límite. Elinna nunca en toda su vida, como mujer adulta, se había sentido tan harta de todo. A cada segundo sentía que su pañoleta la estaba ahorcando y deseaba quitárselo, pero no podía pues eso significaría dejar en evidencia las marcas en su cuello.

¿Cómo no lo vio venir? ¡Debió saberlo! Después de su enfrentamiento de anoche era obvio que no iba a dejar las cosas así. ¡Claro que se estaba vengando! Que tonta había sido al pensar que ese chico ya no intentaría nada.

¡Mierda!

¡Esa maldita melodía! Hyun Jin estaba tarareando esa misteriosa canción una vez más y ella sentía que su locura llegaba a un grado tan tormentoso que deseaba arrancarse los cabellos.

—No te emociona esto —él rompió el abrumador silencio—. Parece que ahora trabajaré a tu lado; juntos —murmuró el pelirrojo, con un hombro apoyado contra la pared y las manos en los bolsillos; viendo a la castaña desde su lugar.

Elinna optó por no decir nada, ¿qué podía decir? Sentía que estaba perdiendo el control y ella aborrecía esa odiosa sensación. No podía desmoronarse ahora y menos frente a él. Con una paciencia infinita, aguardaba el instante en que podría correr al baño y sacar toda esa rabia que estaba acumulando en su pecho.

Hyun Jin lejos de entender lo que le estaba causando a esa mujer, parecía disfrutar mucho el jugar con su cordura. Despegó el hombro de la pared y con pasos lentos se acercó a ella. Cuando quedaron frente a frente, sonrió de costado y la tomó del mentón obligándola a verlo.

—¿Qué pasa, Elinna? Será que quieres llorar —susurró con un cínico sarcasmo—. Recuerda que somos cómplices, estaremos juntos hasta el fin.

Ella lo miró a los ojos de forma indiferente, aquellas palabras habían entrado como dardos en su pecho, estaba a nada de quebrase, pero con firmeza logró verse lo más serena posible. Sin decir absolutamente nada, se alejó de él para pararse frente a la salida y a los pocos segundos las puertas se abrieron. Elinna avanzó sin voltear a ver si él la seguía, pues era seguro que lo hacía.

Al avanzar por el extenso pasillo se encontró con los encargados del equipo de diseño, ellos la saludaron con una gran sonrisa, pero fue inevitable que su atención se centrara en el chico alto y pelirrojo que iba detrás de ella, creando una gran incógnita en ambos.

🔺Luces Rojas /Hwang HyunJin • Bang Chan 🔺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora