Después de ver lo felices que se encuentran sus amigos junto a sus parejas, Yoongi decide que es momento de abrirle sus puertas al amor por lo que le pide ayuda a Jae Woo para encontrar una novia adecuada.
Por otro lado, Hana se opone rotundamente...
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Los días habían pasado y Hana no tenía noticias de Yoongi. Desde aquel beso en su habitación no supo como interpretarlo y decidió enviarle mensajes a Min para que pudieran hablar, sin embargo, él no contestaba a ninguno de ellos.
Decidió tomar nuevamente la iniciativa e ir al hospital a verlo con la excusa de llevarle algo de comer.
Preparó el platillo más sencillo que se le ocurrió para no demorarse demasiado y salió corriendo a toda velocidad.
Al llegar fue directamente al consultorio. Cuando vio la puerta cerrada, esperó un poco hasta que fue abierta y de la habitación salió una mujer embarazada que le costaba caminar aún con la ayuda del que parecía ser su esposo.
Hana se acercó al consultorio y asomó su cabeza por la puerta.
—Yoongi-ah —saludó tiernamente.
Cuando Yoongi escuchó su voz y vio su bonito rostro su corazón se aceleró y no pudo evitar sonreír y ponerse feliz pero la realidad lo mantenía firme sobre el suelo y no dejó ver su felicidad.
—Hola, Hana —respondió seriamente.
—Te traje el almuerzo —entró al consultorio, cerró la puerta detrás de ella y puso la lonchera sobre el escritorio. —Y además, me gustaría hablar contigo sobre lo que sucedió el otro día.
Yoongi recordaba perfectamente lo que había sucedido. Desde ese momento su cabeza le mostraba una y otra vez la imagen de Hana antes de besarla y le recordaba la sensación de sentir sus dulces y suaves labios sobre su boca. Sin embargo, no podía permitir que algo como eso se repitiera.
—Ah sí, sobre eso... —Yoongi se acercó a Hana para hablar pero fue interrumpido.
Sin dudarlo dos segundos, Hana abrazó a Yoongi por la cintura, recostó la cabeza sobre su pecho y esperó a que Min no la apartara. Lo que Yoongi hizo fue morderse el labio inferior, cerró sus ojos con fuerza y aunque sabía que se arrepentiría decidió corresponder el abrazo de Hana. La rodeó por los hombros y acarició su cabello.
—Me preguntaste si tú me gustas —habló Hana sin dejar de abrazarlo. —Sí, Yoongi. Me gustas demasiado, estoy enamorada de ti desde el momento en el que te vi por primera vez hace más de cinco años.
—Hana... —el corazón de Yoongi quería salirse de su pecho, escuchar esas palabras lo estaban haciendo el hombre más feliz de todo el mundo.
Y a pesar de que estaba feliz, se preguntaba qué diría su mejor amigo si se enteraba de lo que estaba haciendo con su hija, qué pasaría cuando Hana quisiera decirle a su padre que estaban saliendo. Cómo les explicaría a todos que se había enamorado de una chica ocho años menor a él. Pero sobre todo, que diría la gente de Hana cuando supieran que su novio era alguien mayor. Yoongi sabía que hablarían de ella en todos lados por esa razón y no podía permitir que alguien la dañara por su culpa.
