Se nos pidió que nos reuniremos en la sala de entrenamiento de los nosfery. Nos sentamos en las gradas que se encontraban ahí adentro. Estaban ahí porque solíamos realizar noches de combates como entretenimiento. Cualquier estudiante, maestro o cualquier otro trabajador podía venir y apostar.
—Buenos días a todos —saludó Jorah, su voz resonando con una autoridad imponente mientras avanzaba escoltado por una cohorte de jaegers. La mayoría eran rostros nuevos. Con un gesto elegante y despreocupado, señaló a los hombres y mujeres que lo flanqueaban—. Permítanme presentarles a sus futuros instructores.
Al unísono, como autómatas perfectamente sincronizados, todos ellos ejecutaron una profunda reverencia.
Chloe estaba entre ellos. Era psicóloga, pero como todo nosfery y strega, había sido entrenada para ser una guerrera, lista para saltar a la batalla cuando fuera necesario. Uriel, nuestro instructor, con su mirada penetrante, lideraba la formación. A su lado, Aiden y Kendrick, este último parecía ser mayor, con un cuerpo más fornido y una barba apenas brotando en toda su mandíbula y mentón. Emanaban una aura de autoridad que me intimidaba ligeramente. Allen Dazar, parecía ser el más joven, contrastaba con su complexión más delgada y menos musculosa, pero sin dejar atrás esa aura de poder y autoridad que demostró desde el comienzo. Y a su lado estaba Damian, un chico de cabellos oscuros y ojos verdes que brillaban con una intensidad casi sobrenatural. Su mirada se deslizó por la formación, deteniéndose brevemente en mí antes de volver su mirada al frente.
Pero fue Lorna quien me dejó helada. Su cabello oscuro, como un manto nocturno, y sus ojos azules, tan fríos y penetrantes como el acero, me recordaban a Cher, y a su madre. Un escalofrío recorrió mi espalda. Su nombre no me es familiar, pero si es quien creo, estoy jodida. ¿Sería posible? ¿Estaba frente a ella? Mi corazón palpitaba con fuerza en mi pecho, mientras trataba de disimular mi nerviosismo.
Se nos dijo que seríamos divididos en dos grupos, donde nuestras habilidades y desempeño en combate cuerpo a cuerpo y el control de magia serían nuestra cruz. Un murmullo de expectación recorrió la sala mientras los instructores se acercaban a un gran tablero donde nuestros nombres estaban escritos. Al parecer, nuestros instructores habían tenido una reunión previa donde nos habían clasificado —de los más fuertes a los más débiles— así que estaríamos revueltos, nosfery y strega.
Un murmullo recorrió la sala mientras los instructores leían una lista de nombres. Tal vez sea el destino, o una muy mala jugada de Dios, nunca he sido su favorita, y parece que se está esforzando en demostrarlo porque cuando escuché el mío salir de la boca de Kendrick, un escalofrío me recorrió la espalda.
Se me había asignado a su pelotón, él sería el instructor a cargo junto a Aiden. No es que no me agraden, pero parece que yo no les agrado a ellos, y puede que sea por nuestro roce anterior, pero tengo la vaga sensación de que nuestra relación será todo menos agradable.
Se nos entregó un uniforme nuevo de color negro, un tejido que parecía absorber la luz. Al deslizarlo sobre mi cuerpo, sentí una sensación de poder que me sorprendió. El uniforme era ajustado, pero cómodo, y me permitía moverme con libertad. Unas franjas rojas, como venas palpitantes, adornaban los costados, uniendo la camisa y la malla en una sola pieza.
En la espalda, y también en el pecho a la altura del corazón y en los hombros de la camisa, había un estampado que me dejó sin aliento. Una pequeña cría de dragón, se enroscaba en un círculo perfecto, sus alas desplegadas como si estuviera a punto de alzar el vuelo. Su cabeza estaba de perfil, dejando a la vista un par de cuernos redondeados de la punta, y se podía apreciar su hocico abierto, sin un solo rastro de colmillos filosos. Una cría en todo el sentido de la palabra.
Era el emblema de los cadetes, representados por crías de dragones, porque nosotros también éramos unas crías de nuestros padres qué parecían tener el temple de un dragón. Lo único que nos distinguía era el color. Rojo para los de elemento fuego, azul para agua, gris para viento, y beige para tierra. Al mirarme en el espejo, vi reflejado el color rojo de mi uniforme. Era el color del fuego, vibrante y lleno de energía. Una sonrisa involuntaria se dibujó en mis labios.
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Un Reino de Fuego
FantasyCassie Rainheart se ve obligada a permanecer en el instituto durante las vacaciones de invierno para entrenar sus poderes. Un hecho desastroso, ya que solo esta a medio año de ir a la universidad y la vida adulta no parecer ser nada facil, mucho men...