Una. Dos. Tres.
Las manecillas del reloj giraban una y otra y otra vez. Tome una ducha, una muy fría, aun sentía las mejillas calientes, mi sexo seguia sensible cuando me puse la ropa interior.
—¿Al menos fue bueno el sexo? —preguntó Lena, su voz somnolienta. La fulmine con la mirada.
—Solo fueron unos minutos —respondí a regañadientes. Pero sí.
Esa era la respuesta, y me sentía mal por esa sensación tan satisfactoria que tuve. Fue tan placentero, Will no me había hecho sentir así antes, no despues de nuestras primeras veces, pero joder, Ethan era cosa completamente diferente. Era como haber pasado a la siguiente base. Fue rápido, sí, solo un par de minutos, pero fue bastante bueno. El solo pensar en cómo se sentía él dentro de mí, me causaba un hormigueo en mi vientre bajo y tenía que cerrar las piernas.
Ya era de madrugada, no había conseguido pegar el ojo en toda la noche. Kendrick me trajo a jalones hasta la habitación, y Lena se lanzó a interrogarme, pero se quedó callada al verme llorar. Esperó hasta que saliera del baño y que yo decidiera hablar. Se quedó despierta toda la noche, haciéndome compañía, hubo un par de veces en que cerraba los ojos y se quedaba dormida, pero se despertaba al instante apenas su cuello cedía y cabeceaba.
Sacó de su cajón unos cuantos dulces y me lanzó uno. Un dulce mexicano de su última visita. Se veía apetitoso, y dios sabe cuán vacío estaba mi estómago, había vomitado un par de veces por los nervios cada que recordaba la decepción de Jorah plasmada en su rostro. Pero la decepción era un sentimiento que infundía a los demás con tal facilidad que ya se había vuelto algo tan recurrente en mi, una parte de mi esencia. Solo era un nombre más en mi lista.
—Voy a tener que pagarle esos veinte dólares a Valery.
—¿Veinte dólares de que?
—Apostamos a que tendrían lo suyo antes de la graduación. Ella apostó que Ethan daría el primer paso, y yo aposté a que tú lo harías. Y ahora tendré veinte dólares menos.
—No puedes decirle —me apresuré—. Nadie puede saberlo.
—¿Crees que Jorah no dirá nada? —Me encogí de hombros. Me ha cubierto en tantas cosas, no dirá nada ahora. Todo lo que sea necesario para salvar la reputación de los Aragón y el instituto—. Kendrick los descubrió, pero dijiste que Lorna y Damian estaban ahí, no son tontos, ellos lo saben ya, y me encontré con Yul de regreso. Pronto será un secreto a voces.
—Pero hasta entonces, nadie más debe saberlo —le advertí—. No me quiero arriesgar a que mamá lo descubra —Ella me miró ingenua. A mi madre podrían darle la orden de descubrir lo que esconden en la área cincuenta y uno, saldría y entraría sin que nadie la detecte en solo una hora. ¿Un pequeño escándalo de adolescentes? sería como brisa llegando a sus oídos, inmediatamente—. Al menos no ahora, con que pasen unos días.
Un toc toc de la puerta se escuchó. Lena me echó un vistazo, confundida. Eran veinte para las seis de la mañana. Bob estaba del otro lado de la puerta, cansado, y con una notable molestia en el rostro. Se les había informado anoche sobre algunos cambios en las guardias, aumentar la vigilancia en los dormitorios y los rondines, así como asegurarse que todos los días a las seis de la mañana yo estuviera lista para mi entrenamiento extra. Todos los días, a menos que recibieran otra indicación.
Lena trató de impedir que me fuera, alegando que no había dormido nada en toda la noche y me sentía fatal. Bob solo hizo una mueca y me dijo que tenía cinco minutos para cambiarme y salir.
—Entrenar despues del sexo y con el estomago vacio no es nada bueno —dijo. La volví a fulminar con la mirada—. Te llevaré algo de comida.
Me envolví en mi abrigo. El que Jorah me había prestado hace unas noches aun estaba colgado en el perchero. No me había tomado el tiempo de devolvérselo, y ahora la idea me producía un nudo en la garganta.
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Un Reino de Fuego
FantasyCassie Rainheart se ve obligada a permanecer en el instituto durante las vacaciones de invierno para entrenar sus poderes. Un hecho desastroso, ya que solo esta a medio año de ir a la universidad y la vida adulta no parecer ser nada facil, mucho men...