Pesos pesados

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Comenzaré con una frase que han criticado mucho y que causa polémica:

"El dolor físico aplaca el dolor emocional"

Esta fue la salvación que encontré en uno de esos momentos donde tocas fondo y no sabes cómo subir, pues fue cuando el cambio comenzó.

No hay cambio si no deseas cambiar, tu alma debe desearlo, anhelar que esto suceda. Cuando estás consciente, entonces es cuando comienza.

Empezó a cambiar mi apariencia física y ha continuado para cambiar mi mentalidad. Sí, se volvió mi templo, ese salón donde por horas mis músculos se desgarran y sufren, es donde mi mente descansa, donde encuentra la paz.

Cada gota de sudor es como si fuera una lágrima, solo que se derrama de forma muy diferente, pero la finalidad es la misma: liberar.

Llega un punto en el que vives una conexión tan grande contigo mismo que, por un momento, piensas que te encontraste. He ahí la adicción que se vuelve rutinaria.

De este tema me cuesta hablar, pues hay mucho de lo que siento que con palabras no se puede expresar.

Solo puedo decir que es uno de mis lugares favoritos por cómo me siento cuando estos tocando los fríos hierros y levantando pesas el doble e incluso el triple de mi peso corporal, llegando a sentirlas como otra extremidad y que se haga tan natural como respirar.

Solo puedo decir que es uno de mis lugares favoritos por cómo me siento cuando estos tocando los fríos hierros y levantando pesas el doble e incluso el triple de mi peso corporal, llegando a sentirlas como otra extremidad y que se haga tan natural...

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El laberinto de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora