Cual taza de café me perdí en unos ojos del mismo color de este líquido, tan exquisito, pero que en exceso provoca ataques al corazón.
Muchas veces sentí cómo mi frecuencia cardíaca se aceleraba al beberte, pero mientras más tenía más quería.
Tus ojos me hipnotizaban así como cuando le das vueltas al café y no puedes parar de mirarlo, así me quedaba yo cuando hablabas de filosofía y cuando me explicabas algo sobre medicina, parecía que me tocabas el alma con tu mirada.
Días sin tomarte y el síndrome de abstinencia empezaba. Dificultad al dormir, temblores, dolor en el pecho, falta de aire, mareos. ¿Sabes qué era lo más doloroso? Que lo sabías, sabías cómo me sentía porque era tu objetivo.
Fuiste una droga, fuiste mi exceso de café.
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El laberinto de mi ser
PoetrySi en algún momento sentiste que no encajabas o muy perdido en el mundo y sobre todo contigo mismo, quizás te identifiques con algunos de mis versos. Versos que no son más que pedazos y vivencias de mi alma. Cada palabra es un fragmento de un crista...