𝑪𝒐𝒏𝒇𝒆𝒔𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝑨𝒎𝒐𝒓 // (𝑻𝒚𝒅𝒆)

(𝐓𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐈𝐈) 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈

La semana se fue.. Relativamente rápido, de nuevo, ya era hora de salida, la hora que Clyde desde el lunes ha empezado a desear con toda su alma desde su encuentro con Bebe, pues aquella chica no lo había dejado en paz en toda la semana. Seguía en su salón haciendo unas cuantas cosas que el profesor le había encargado, aunque en realidad el se había ofrecido, pues quería hacer tiempo e irse sin ninguna molestia.
Salió del salón con una pila de libros pesados en los brazos, aunque se le dificultara ver el camino y equilibrarse con los libros, él lo aguantaría, solo tenía que tardarse para no encontrarse a nadie en la salida, con cuidado entró a la Sala de maestros y dejó los libros sobre el escritorio del profesor que le había hecho el encargo, alzó la mirada al escuchar unos ruidos extraños, caminó hacía el lugar de donde provenía el sonido, cuando estaba a punto de saber qué era, fue tomado de la mano y regresado afuera de la sala.

-no deberias estar averiguando en lo que no te debes meter.. -comentó una voz femenina a su lado. Clyde por fin volteó para ver quién era, Wendy Testaburger.

-tú sabes de donde provenían esos ruidos? -preguntó de forma curiosa y algo nerviosa, nunca a había visto a su compañera actuar de aquella forma tan sería y eso le ponía los pelos de punta. La pelinegra solo desvió la mirada en silencio, era claro que no le iba a decir nada y Clyde prefería no preguntar más, en unos minutos más la puerta de la Sala se abrió, dejando ver a una de las chicas de segundo año salir corriendo y a un profesor detrás de ella, el hombre los miró a ambos, le sonrió a Wendy y luego se fue.

-ese no es uno de los maestros de cuarto año? Que hacía con una de segun.. Do.. -se quedó en silencio al fin entender lo que había ocurrido. Wendy! Hay que decirle a algún profesor o al Director, él no puede estar haciendo esas cosas..! -exclamó a la pelinegra mientras miraba al profesor alejarse como si nada.

-Clyde, no te metas en esto sí? -pidió antes de soltar su mano y luego tomar su mochila la cual estaba en el suelo junto a la puerta, la chica salió corriendo hacía la salida. Al castaño no le gustaba la situación, sea lo que sea que le haya ocurrido a su compañera, prefería no preguntar para no molestarla más.

Fue a su salón y tomó sus cosas para luego caminar a paso lento hacía la salida, mientras pasaba por uno de los salones, pudo ver al mismo profesor con otra estudiante sobre un escritorio, desvió la mirada con nervios para fingir no haber visto nada, pero estaba consciente de que el profesor ya sabía de que los había visto, algo asustado solo salió de la institución y quizo seguir su camino solo hasta su casa, pero una mano lo detuvo, volteó a ver quién era con temor a que sea el maestro, pero solo era Nichole, al ver a la chica morena, soltó un enorme suspiro de alivio.

-oh Dios.. Luces como si hubieras visto un fantasma -comentó preocupada la chica mientras soltaba la mano del castaño. Estas bien?

-yo.. Uh.. Si, estoy bien, no te preocupes, Nichole.. -contestó con una sonrisa mientras la miraba. Uhm.. Que ocurre? No creo que me hayas parado por que sí..

-oh sí! Quería hablar acerca de tu fin de semana en la casa de Tweek, Tolkien me contó que algo interesante había sucedido.. -comentó tranquila con una sonrisa en labios mientras caminaba a lado de Clyde. Pero quisiera saber las dos partes de la historia, puedes hablar conmigo? Mmm.. Tal vez en la cafetería más tarde.

-ah.. Bueno.. Yo.. Estoy ocupado esta tarde, quedé con los chicos para ver películas.. -se excusó con tal de no seguir con aquel tema, no le gustan mucho recordar lo que había pasado aquel fin de semana, pues ahí se había terminado todo.

-en realidad, escuché por Craig que él y Tweek irían al cine a ver una película que recién se estrena, entonces estás libre? -su sonrisa era dulce, sus manos estaban perfectamente acomodadas juntas contra su mejilla, dándole una apariencia infantil. Clyde no tenía escapatoria, pues Jimmy ese día había quedado de estar todo el día con sus padres, no tenía más excusas como para librarse de esa salida.