❝Los trillizos Jeon juraron que luego de la tragedia que sucedió, van pasar por desapercibidos, pero no se esperan para nada que las nuevas personas que van a cruzarse en su camino puedan traer el pasado de regreso y desatar un caos, provocando hast...
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𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍
❝MIRADA DE TERROR❞
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Para Haesun el tan solo imaginar tener a dos de los trillizos follándola, demostrándole cuánto la deseaban a pesar de que fuera de Jonghyun, hacía que sintiera su entrepierna humedecerse. Jungkook se iba deshaciendo de su ropa, depositando besos húmedos en su cuello y hombros, ambos a un lado de la cama, ella dándose cuenta como a él se le dificultaba por momentos el estar de pie, por lo que la tomaba con fuerza.
Horas atrás, Haesun se podría haber sentido asqueada de tener a Jungkook de esa manera o hasta si estuvieran completamente solos seguiría manteniéndose por más que no pensaba con claridad. Pero es que, el poder ver la silueta de Jungsuk a un lado de la puerta del baño, manteniéndose quieto y tan sólo observándolos, hacía que el tacto de Jungkook, como sus húmedos besos, la hicieran estremecerse y jadear, como también rogar que el menor de los trillizos se acercara de una vez.
—Únete —ordenó jadeante mientras extendía una de sus manos hacia la dirección donde estaba Jungsuk—. Ven aquí.
—¿Quién es? —preguntó con voz profunda, corriendo su cabello mientras mordía el lóbulo de su oreja.
—Tú cállate y continúa —masculló llevando la mano a su nuca.
Jungkook que estaba detrás de ella, decidió obedecer, volviendo a pegar los labios en su cuello, pasando su legua y llegando a succionar. Se sentía en las nubes al tener a la mujer que tanto deseaba, que lo enloquecía, que lo hacía hasta sufrir sin la necesidad de hacer absolutamente nada, ahora, finalmente, en sus brazos, aceptando entregarse a él. Y era tanto así, que estaba tan perdido en ella, que por estar concentrado en desnudarla, en besar cada parte de su cuerpo para que notase cuánto la deseaba y lo encantado que estaba con ella, no había escuchado ni visto cómo un momento atrás su hermano salió del baño y era el que estaba observándolos.
—Ven con nosotros, amor.
El pelicorto siquiera le prestaba atención a lo que ella decía, a la persona a la que podría estar hablándole, porque bajó los besos por su espalda hasta quedar de rodillas mientras le quitaba la falda junto a las bragas.
