❝Los trillizos Jeon juraron que luego de la tragedia que sucedió, van pasar por desapercibidos, pero no se esperan para nada que las nuevas personas que van a cruzarse en su camino puedan traer el pasado de regreso y desatar un caos, provocando hast...
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𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍
❝MONSTRUO❞
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Los días pasaban con rapidez para Jungsuk, que su primer pensamiento al despertar era la joven de orbes marchitos. El sólo pensar en que volvería a verla provocaba que sonriera y que nada pudiera arruinar su día, sin importar lo que sucediera, ni que sus hermanos parecieran haber quedado realmente afectados luego de lo sucedido con su madre. Estos al verlo de esa manera, no le decían absolutamente nada por más que cruzaran miles de cosas por su cabeza. Preferían el silencio a provocar una discusión, además de que estaban seguros que nada le haría reaccionar porque ellos sabían que era demasiado débil.
Ahora se encontraba en la Universidad creando escenarios imaginarios en su cabeza, donde estaba junto a la pelinegra que le robaba el aliento. Una tonta sonrisa se dibujaba en su rostro al imaginarse teniendo la seguridad que tanto anhelaba, para así poder seguir dando pasos y ver si era capaz de corresponderle. Pues, en el tiempo que iba pasando cada vez se ganaba más su confianza, y su valentía iba creciendo aunque no tan rápido como quería, pero al menos podía decir que eran amigos. En el natatorio había veces dónde ella se acercaba a él y esos momentos agitaban su corazón de gran manera.
Jeon Jungsuk ya se había atrevido a darle pequeños regalos que provocaban su sonrisa, quedando completamente embobado al verla, aunque ella intentaba reprimirla como también esconder su sonrojo, pero podía verla. Al conocer cada vez más sus gustos con sus pequeñas conversaciones tímidas, sabía que su refresco favorito era de frutilla, por lo que dos veces había llevado uno al natatorio para regalárselo. Ver su reacción hizo que quisiera hacerlo más veces, y ahora al descubrir que le gustaba unos dulces ácidos, también los había llevado.
Esos pequeños detalles que le hacían notar que le prestaba atención, provocaba su emoción y nervios al no saber cómo actuar. Le encantaba, pero a la vez le hacía sonrojar y bajar la cabeza, escuchando una risilla de su parte. Ambos estaban a gusto con la amistad que iba creciendo cada vez un poco más al estar tomando confianza, aunque la timidez seguía allí. De todas maneras, a Jungsuk eso no le bastaba, por lo que quería saber qué debía hacer que no arruinara nada, pero le dejara claro que una amistad no era lo único que quería.
