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Narrador omnisciente:

– ¿Qué mierda te pasa, Potter? - preguntó Draco y salió de la habitación, llegando a la cocina donde ya se encontraban desayunando Remus, Sirius y Narcissa.

– ¿Te pasa algo, dragón? - le preguntó Narcissa y él por alguna extraña razón negó.

– No, no me pasa nada, madre - contestó él - hola, Black.

– Hola, Malfoy - le saludó Sirius.

– Buenos días, familia - vociferó Harry entrando a la cocina y le dió un abrazo a Sirius, mientras que Remus le dió un beso en la mejilla, y sentándose en medio de éstos dos, saludó a Narcissa y Draco - hola, señora Malfoy y... Draco.

Draco se sintió aún más extraño, la única vez que Harry le habia llamado por su nombre fue la vez que recibieron el castigo con Hagrid en el bosque prohibido, y eso pasó en primer año. Así que, para Draco era totalmente raro escuchar su nombre en los labios del miope.

– ¿Porque tardaste tanto, Harry? - le preguntó Remus.

– Oh, estaba leyendo una carta que me envió Ron - contestó él, claramente mintiendo.

– Bueno, si es así - dijo Sirius - ¿cuanto se quedarán, Cissa?

– Nos quedaremos, bueno, me quedaré un tiempo indefinido, espero no molestar - dijo ella.

– Claro que no, Narcissa - Lupin le dedicó una mirada con cariño - sabes que siempre serás bienvenida a Grimmauld Place, después de todo lo que hiciste por nosotros no hay más palabras que decir, y claro; Draco está incluido en todo esto.

Narcissa se levantó de su silla y le dió un abrazo a Sirius y Remus.

Aprovechando esto, Harry, que se había sentado al lado de Draco, metió su mano por debajo de la mesa y lentamente fue dirigiéndola a su pierna, Draco sintiendo esto le lanzó una mirada llena de odio, más no impidiendo que Harry subiese más su mano, hasta su miembro.

– Harry - llamó Sirius - Dumbledore te envío una carta - se la pasó y Potter se fue de la mesa.

Harry:

" No trates de esconderlo más, ya sé lo que haces todas las noches en el quinto piso.

Si lo sigues haciendo, restinguiré el paso."

Albus Dumbledore.

– Mierda – susurró Harry y volvió a la mesa.

– ¿Qué quería? - le preguntó Sirius.

– No, nada, sólo me escribió para decirme que cuando regrese a Hogwarts, vaya a su oficina - mintió.

– ¿Seguro? - cuestionó Remus.

– Si – contestó.

La cena de navidad había pasado algo tranquila, los mayores se habían encerrado en la oficina de Sirius, mientras que, Harry y Draco se habían ido a dormir

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La cena de navidad había pasado algo tranquila, los mayores se habían encerrado en la oficina de Sirius, mientras que, Harry y Draco se habían ido a dormir.

Bueno, al menos Draco si.

– Te ves tan guapo - murmuró Harry observándolo y se acercó a él acostándose junto al rubio, y le acarició la cintura - tan delicioso, tan perfecto.

Harry comenzó a besar el cuello de Draco hasta llegar al lóbulo de su oreja. El rubio sintiendo esto se sobresaltó y lo miró horrorizado.

– ¿Qué haces?, Suéltame - le dijo e intentó salir del agarre de Potter.

– Shh – le dijo - te vas a quedar quieto y callado, sino quieres, que te haga algo mucho peor que sólo besos en el cuello...eres mío Draco Malfoy, mío, y harás lo que yo quiera, mortifago asqueroso.

Draco no podía creer lo que escuchaba, simplemente no podía.

– Se los digo enserio - dijo Ron - Harry está obsesionado con Malfoy

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– Se los digo enserio - dijo Ron - Harry está obsesionado con Malfoy.

– Estupideces tuyas, Ronald - le dijo la señora Weasley - ¿cómo va a estar Harry obsesionado con un Malfoy, y más si es su némesis?

– Y es exactamente lo que está haciendo - dijo el pelirrojo - Blaise Zabini, un amigo de Malfoy, me dijo que él les dijo a él y Parkinson que Harry lo estaba siguiendo a todas partes.

– Ron, eso es muy poco creíble - opinó Ginny - Harry no es de ese tipo de chicos.

– Qué vas a saber tú, Ginny - le dijo él - Harry y tú no son tan amigos, además, yo sé muchas cosas de Harry que ninguno de ustedes se imaginan.

Y es que Ron no se equivocaba...

Espejo D' Oesed  |  Harco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora