Espejo D' Oesed | Harco

17

(Este capítulo contiene contenido algo sensible)

Narrador omnisciente:

- No.. - dijo Draco y un sollozo lo interrumpió - por favor, Harry, no...

Harry, sin prestarle atención, lo tomó de su cintura muy fuertemente y la acarició. El rubio trató una vez más salirse de los brazos del castaño, pero esta vez lo único que recibió fue escuchar cómo su ropa era arrancada.

- Déjame, salir - le dijo desesperación - déjame, Harry, por favor, por favor, Harry.

Pero el castaño no hizo casi y bajó tanto sus pantalones cómo los del rubio. Con un movimiento brusco y en medio del forcejeo entre ambos; Harry introdujo su pene dentro de Draco.

- ¡AAAAAA! - gritó Malfoy con dolor y se retorció.

Apesar de esto, Harry comenzó a Draco estocada profundas y fuertes. No le importaban las súplicas de Draco, para él era perfecto así.

- Eres tan apretado, amor - le susurró al oído - ummm, eres cómo un muñeco. Mira que rostro tan hermoso tienes..¿y sabes lo mejor?

Draco se trató de separar una vez más y recibió un golpe, haciendo que volteara la cabeza.

- Qué eres mío - susurró con deleite y una sonrisa llena de burla cruzó por su rostro - a-ah, eres mío, mío, sólo mío.

Un rato después, Harry se separó del rubio y se sentó con las piernas abiertas en un sillón que estaba frente al lado izquierdo de la cama.

Las lágrimas en el rostro de Draco no se podían negar, y se veían perfectamente cómo éstas bajaban. De las piernas del rubio caían gotas de sangre. El dolor dentro de él, no era nada agradable, lo sentía insoportable. Lo odia, odiaba a Harry Potter. El amor que logró sentir hacia él se había esfumado.

- No seas tan dramático - habló Potter - no te hice nada, sólo disfrutamos.

- Me violaste, Potter - dijo con voz entrecortada - abusaste de mí, me...

Fue interrumpido por el dolor que sintió cuando Harry fue dónde él y haló su pelo.

- Eres una puta - le dijo - y las putas hacen lo que nosotros deseamos, amor. Así que, compórtate...o sino, te irá peor. Y vete preparando, mañana regresamos a Hogwarts.

Draco sentía que no aguantaría más.

Ron Weasley no estaba precisamente contento con el juicio que Blaise iba a tener, por más que intentó explicarle al ministerio de magia éstos no hicieron caso.

Le habían otorgado el permiso de poder ver a Blaise, y cuando llegó frente a la celda dónde estaba el moreno, los nervios que no tenía, se hicieron presentes.

- Blaise - habló y Zabini, que estaba de espaldas, volteó - yo.. - el guarda que venía con él cerró la puerta, se fue, dejándolos sólos. Sin nadie más alrededor, pues, Blaise estaba en un celda apartada.

- ¿Qué haces aquí, Ronald? - preguntó en un tono frío y distante.

- Vine por tí, Blaise - mencionó y fue dónde él - ¿ves esto? - le mostró unas piedras negras - esto nos ayudará a desaparecer, bueno, hacernos invisible. Los gemelos me las dieron...y nos ayudarán a ir a no sé, a algún lugar.

- ¿No sería arriesgado? - preguntó.

- Si y no - dijo - podemos ir a Italia o permanecer bajo un glamour o..

- Vámonos, entonces....- dijo él - vámonos, Ron..