𝐅𝐎𝐔𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍

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La joven Milena de dieciséis años se encontraba nerviosa, estaba camino al Campamento, y debía admitir que se encontraba nerviosa de ver a Luke

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La joven Milena de dieciséis años se encontraba nerviosa, estaba camino al Campamento, y debía admitir que se encontraba nerviosa de ver a Luke.

Desde hace unos meses se había sentido extraña con Luke, su corazón se aceleraba siempre al verlo, se colocaba nerviosa a su alrededor y se sonrojaba levemente cuando él le halagaba o le coquetaba.

Sin duda alguna le gustaba mucho Luke.

Llegó a la cabaña de Afrodita, ahí fue recibida por sus hermanos y hermanas, quienes le halagaban y le preguntaban cómo había estado durante esos meses.

Cuando terminó de instalarse la pelirroja salió en busca del rubio, a quien no tardó en encontrar. Pues Luke estaba entrenando con su espada.

—¿Mils? —espetó el rubio sorprendido de ver a su querida pelirroja ahí.

—Luke —saludó ella mientras se acercaba más al rubio.

Terminó siendo abrazada con mucha fuerza por él, y ella sin poder evitarlo notó como su corazón se aceleró en sobremanera.

—Me alegra que estes aquí ¿Como han estado las cosas en New York?

Entonces empezaron a platicar, ella le
contaba todo lo que había pasado en esas semanas sin verse y él le contó a ella la misión a la que había ido hace poco.

Podían pasar horas hablando, ninguno se aburría de lo que el otro le contaba. O bueno, en su caso Milena nunca se aburría de todo lo que Luke le contaba.

Se mantuvieron hablando hasta que la hora de la cena se dio, y durante los próximos días ambos no podían separarse ni un segundo.

La pelirroja soltó un suspiro, después de la muerte de Luke, soñaba constantemente con él y todos sus recuerdos donde él aparecía le venían a la mente.

Milena continuó con su trabajo, vigilaba a los pequeños semidioses que no sabían ni siquiera sobre su verdadera naturaleza.

—¿Que opinas si empezamos a crear nuestros propios pequeños? —murmuró Apolo en su oído, quien se había acercado por detrás.

Milena soltó un respingo, estaba completamente sorprendida por la
presencia de su prometido.

—Primero tendremos que casarnos, luego pensamos en si tener hijos o no —replicó la pelirroja mientras se volteaba.

Verde contra azul. Mientras que los ojos azul claro de Apolo eran brillantes y con claras emociones positivas. Dolor y cierta tranquilidad era lo que esos orbes verdes de Milena proyectaban.

Sus ojos estaban así desde que Luke murió. Y nada había cambiado eso.

—Tendremos dos, uno será igual a ti y el otro será igual a mi ¿que opinas? —habló el rubio mientras enrollaba sus manos alrededor de la cintura de su amada.

𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓|| 𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora