Oli, antes del capítulo les vengo a presumir esto jijiji
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Ahora sí, continuemos.
Por la mañana del día siguiente, las cosas ya estaban más en calma, pero lo que aún seguía pesándome era lo que vi antes de irme del bar. La culpa fue solamente mía, pues Kelly no tiene idea de lo que pasa dentro de mi cabeza, pero aún así no pude evitar sentir dolor y coraje ante la situación, por lo que simplemente decidí evitarlo por días. Ignoré sus llamadas nocturnas aunque estuviera despierta y dejé de ir a verlo practicar por las tardes, hasta una ocasión en que salí de la escuela.
Me reuní con mis amigos para irnos juntos a nuestras casas, pero cuando salimos, vimos una moto frente a nosotros, llamando la atención de varios compañeros más en el colegio, incluidas varias chicas que se acercaban a al conductor, quien no era nada más ni nada menos que Kelly.
—Oye Carla, ¿ese no es el greñudo?
Me preguntó Stevie O tocándome el hombro, entonces volteé, haciendo una mueca de confusión al reconocer su rostro, no entendía por qué estaría él aquí ahora.
—Sí, es él. Contesté yo, maldiciéndome internamente por el pequeño gusto que me dio verlo después de tantos días.
—¿Pero por qué putas está aquí?
Habló Grace.
—Ni idea. Traté de reprimir esa emoción y me di la vuelta para seguir caminando con mis amigos.
—¡Ey! ¡Carla!
Escuché detrás de mí, provocándome un nudo en el estómago. Kelly tomó mi mano haciéndome volver a girarme para verlo a la cara.
—Ah, hola. Dije apenada, incapaz de mirarlo directamente.
—Te extrañe demasiado. Él, repentinamente me envolvió entre sus brazos fuertemente.
Por más que quería negarme, todo mi ser se derretía de amor al recibir su abrazo, entonces, casi involuntariamente se lo devolví con la misma fuerza.
—Me alegra volver a verte, Carlita, ¿tienes planes para hoy?
Kelly volteó a ver a mis amigos y los saludó antes de regresar su atención a mí.
—No, iba a irme con ellos a casa pero fuera de eso no tengo más planes.
—Es que, quería invitarte un helado. La sonrisa jamás abandonó su precioso rostro.
—No te preocupes, no íbamos a hacer nada, puedes irte con ella. Juliet sonrió y miró a todos como indicando que no se adelantaran a decir nada.
—¡Genial! Gracias muchachos. Respondió Kelly.
—No hay de qué, disfruten su helado y me la cuidas mucho eh. Juliet se despidió de nosotros y se fue llevándose a los demás, dejándome sola con Kelly.
