Capítulo 11

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—¡AAAAAAAH!

Juliet y Grace exclamaron en unísono al terminar de escuchar mi relato. Como siempre, no podía faltar el reporte diario de los avances entre Kelly y yo hacia mis amigas.

—¿Y se molestó?

Regina me miró con atención al hacer esta pregunta.

—Para nada, simplemente estaba algo avergonzado, como yo, por lo que acababa de pasar. Respondí.

—¿Y estaba... genuinamente arrepentido de lo que pasó antes?

Volvió a preguntar ella.

—Se disculpó como 800 veces, es más, esta mañana me llamó para preguntarme cómo seguía la herida en mi cara.

—Carla, Carla, Carla, ¡Te ama!

Grace habló rápidamente mientras me tomaba por los hombros.

—No hay más duda, ¿piensas confesarle tu amor ya?

Habló Juliet acercándose a Grace.

—No lo sé, aún no sé ni si quiera cómo hacerlo, pero quería esperarme al menos un poco más. Dije, sintiendo la presión del tiempo en mi contra.

Esa presión me hizo pensar en muchas cosas, a mí me gustaba ir lento, quería conocer todavía más a Kelly de lo que ya lo hacía, quería poder ganarme su corazón al crear una conexión especial entre nosotros que se fortaleciera poco a poco con el tiempo que pasáramos juntos. Pero ese acercamiento, ese beso que había estado a punto de suceder fue un salto abrupto en todos los planes que tenía en mente. Me encontraba bastante confundida ahora, pero al mismo tiempo estaba inmensamente feliz con el flujo natural de las cosas.

Por otro lado, no sabía si él se había acercado de esa manera por el simple hecho de que yo le parecía atractiva, sin querer nada más significativo conmigo, como yo lo quería con él. Esta duda destrozaba todas, o casi todas las demás ilusiones que me había hecho sobre la posibilidad de la existencia de un romance entre nosotros, sin embargo, aquel día, su suave tacto, la mirada en sus preciosos ojos y el ambiente que nos rodeaba no mentían.

Definitivamente había algo.

—Nunca pensé que diría esto algún día, pero se me hace que el drogo ese no es tan malo. Habló Regina, devolviéndome a la tierra y armando aún más alboroto entre nosotras.

—¿QUÉEEEEEEEEEEE? ¿ESCUCHÉ BIEN?

Exclamó Juliet con una expresión de genuino asombro en su rostro.

—Bueno, quien sabe, pero ese tipo de preocupación no suena como cualquier cosa. Continuó Regina.

—No puedo creerlo, este verano va a estar durísimo. Habló Grace.

Las demás nos reímos al escuchar su comentario.

—Se sabe. Dijo Juliet, antes de sonreír y suspirar de forma nostálgica, detalle que llamó mi atención por un par de segundos.

Pronto, ella recuperó la compostura, cambiando su expresión facial lo más rápido que pudo para después volver a hablar.

—Haremos que este verano sea especial en compañía de todos, ahora con un nuevo nugget en el sartén.

—No considero que Kelly sea un nuevo nugget en el sartén de nuestra gang, más bien es la papa frita de Carla. Agregó Grace.

—Dejen de hablar de comida, carajo, que me quedé sin desayunar por salirme temprano. Soltó Regina, a lo que las demás reímos.

—No puedes quedarte con el estómago vacío, Regi, vamos rápido a la cafetería de la escuela, que ahí nos están esperando los Stevies.

Esa tarde, me adentré por las instalaciones del centro comercial en donde habíamos quedado de reunirnos todos. Busqué con la mirada a cualquiera de mis amigos antes de llegar al punto de reunión que habíamos planeado, cuando sentí unas manos rodeando mi cintura espontáneamente, haciéndome brincar del susto.

—¡Carly!

Para tranquilizarme, reconocí la voz enérgica de Kelly, quien ahora estallaba en risas provocadas por mi reacción de sorpresa. Él me soltó mientras seguía riéndose, a lo que yo, con una enorme sonrisa lo admiré por un momento antes de comenzar a reírme con él.

—Dios santo, casi me da un paro cardíaco. Bromeé.

—Ya me faltaba jugarte una broma de esas. Él acarició mi cabeza, despeinándome ligeramente.

—Pues te salió de maravilla con lo asustadiza que soy, ¿buscamos a los demás?

—Oh, sí, Stevo me dijo que estarían en la heladería del tercer piso.

—Pues vamos.

Al tomar rumbo hacia aquella heladería, Kelly rodeó mis hombros con su brazo, acercándome a él mientras caminábamos. Entonces así llegamos, provocando que los demás se miraran entre sí con sonrisas de picardía en sus rostros.

—Se organizaron a parte para llegar juntos ¿no?, par de tórtolos. Stevie O dijo entre risas.

—Fue mi plan para darle un pequeño susto. Respondió Kelly

—Micro infarto, más bien.

—No cabe duda del por qué son tan amigos.

—Claro, bueno, ¿qué quieren hacer?

Stevie nos preguntó a todos para comenzar a organizar nuestras actividades del día.

Groupie love (Kelly Nickels x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora