𝐼 𝑊𝐴𝑁𝑁𝐴 𝐵𝐸 𝑌𝑂𝑈𝑅𝑆 - 𝐶ℎ𝑟𝑖𝑠𝑡𝑜𝑝ℎ𝑒𝑟 𝑀𝑜𝑟𝑔𝑎𝑛

condemning me

Alana

Costa Rica era precioso, no es que hubiese hecho un turismo extendido pero lo que estaba viendo me estaba encantando.

Pedi al del taxi que me llevara alguna zona de restaurantes y que al rededor hubiese comercios... ya aprovechando mi salida.

Entre al restaurante donde decidí comer tenía una decoración realmente bonita, plantas que caían desde el techo, colores muy neutros, muebles amaderados y sillas de mimbre... a demás era bastante tranquilo.

Mientras esperaba a que mi comida llegara me limite a pensar en lo que había estado a punto de ocurrir, no lo había hecho antes por que estaba pendiente a otras cosas como ver por que calle meterme y saber donde estaba. Pero ahora que por fin estaba "tranquila" mi cabeza me bombardeó con todo aquello.

Lo cerca que había estado Christopher Morgan de mi, tanto que nuestros alientos se entremezclaban y faltaban milímetros para que me besara.... Incluso sentí el roce de sus piernas con las mias... esos ojos como la plata penetrandome y diciéndome "dilo" pídeme que te bese.

Mi estómago dio un vuelvo al recordar todo eso.

En realidad no quería haberme marchado, una parte de mi se imaginó ambos besándonos desesperadamente sin saciarnos... pero no estaba bien, no era contraproducente hacerlo.

Había creado una tensión extraña gracias a su valentía, ahora cada vez que se acercará me pondría nerviosa de eso no había dudas...

Bebí del zumo que había pedido, la boca se me había secado de solo pensar en la escenita de la piscina...

Una niña de unos tres cuatro años llamó mi atención al otro lado del restaurante, estaba llorando de manera descomunal por que quería algo y los padres no estaban dispuestos a dárselo me pude quedar mirándola durante varios minutos hasta que el sonido de mi teléfono me volvió a sacar del trance... mire la pantalla, era un número que no tenía guardado y supuse de quien podría tratarse...

Me limite a ponerlo en silencio y darle la vuelta, no pensaba cogerlo...

Christopher

El dolor de cabeza va en aumento y solo llevo sabiendo que no está aquí diez minutos, la muy imbecil se ha marchado...

Estoy hastiado de este trabajo de mierda y de ella mucho más. Lleva días perturbando mi cabeza y lo peor de todo ha sido el rechazo que ha tenido hacia mi después de dar yo el primer paso, los dos sabemos lo que pasa, que se haga la tonta y la desinteresada no significa que no le interese.

Llamo a Patrick, necesito que la localice con el teléfono sin llamar la atención allí.

—¿la has perdido?. —el bullicio de la música me impide que le escuche bien.

Me apuesto lo que sea a que estar en alguna fiesta por que Anne quería ir.

—limítate a localizarla con su maldito número te digo, no te pido que hagas preguntas.

—no lleváis allí ni un día. —me dice. —si algo le pasa...

Soy el primero que lo sé, se que si algo le pasa voy a tener que lidiar con la quejas de alex y su maldito amigo el rey. Por eso necesito encontrarla y no dejarla salir aunque esté muriéndose de hambre.

Los minutos pasan, permanezco en línea esperando a que Patrick me diga algo... para nuestra suerte siempre lleva  lo que parece un móvil, pero en realidad es igual que un portátil para poder hacer cualquier gestión que la femf necesite.