¡tú no la amas!

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- Y ¿en serio ústedes no son pareja?
Preguntó Georg, mirándonos a ámbos.

- No creo que sea buena idea, tú sabes como es Tom.
Respondió Bill, mirándome de reojo.

- Pero seria alguien que...
Tom hizo una pausa, Dios, si sigue hablando arruinará todo, la noche, ¡todo!

- Al menos no la cambiaría de puesto por una chica que apenas conozco.
Dijo y de inmediato volteó su mirada a Bill, la indirecta tan directa era para el.

Antes de que Bill pudiera decir alguna palabra me paré de mi silla, pedí permiso y salí afuera, necesito aire, y pensar un poco, a fin de cuentas núnca debí volver.

Una pequeña brisa golpeó mi rostro, yo sólo pensaba en...en todo, el cambió repentino de Bill, el comportamiento de Tom, lo tóxica que puede llegar a ser Sara, sólo quería sacar a Bill de ahí, no era sano para él.

Sentí unas manos tocar mis brazos, eran algo suaves, mis brazos estaban fríos, creí que era Tom.

- Tom, basta...
Susurré.

- No soy Tom, ¿quien es Tom?
Preguntó una voz gruesa, la conocía, sabía de quien se trataba. Rápidamente me di la vuelta, para reconocer aquel hombre que me había sacado de mis pensamientos.

- ¡¿Jack?!
Pregunté emocionada, ¿que hacía aquí?

- Dios, te extrañe, ¡estas tan cambiada!, de milagro te reconocí.
Me abrazó fuertemente, provocando que el aire me falte un poco.

-Yo también te extrañe.
Le devolvi el abrazo.

- ¿interrumpo algo?
Preguntó una voz seria detrás de nosotros, ámbos no soltamos y dimos la vuelta.

- Bill, en realidad no, me había encontrado a mi amigo del bar.
Bill no cambiaba su semblante, seguía serio, mirándonos a ámbos.

- Eliana, luego hablamos, cuando pueda iré a tu casa.
Se despidió con un beso en mi mejilla y se fue.

- ¿Ese es el tal Jack?
Preguntó acercandose a mi con sus manos en los bolsillos.

- Si, ese mismo.
Respondí, mirándolo a los ojos, esos ojos que a cualquiera enamoraría.

- No hemos tenido tiempo de hablar, no después de todo el alboroto de hoy día, hice esto para poder hablar contigo.
Ya estaba a centímetros de mi rostro.

- ¿De que hablaríamos? Esta todo claro ahora.
El hecho de que ya tienes novia...que tal ves no fui nadie importante para ti. Palabras que tenia atoradas en mi garganta.

- No está todo claro, eso es lo que me quieres hacer creer, hay algo más.

Todo paso muy rápido, sus brazos tocaban mi espalda, me trasmitia calor, un calor que ya extrañaba, extrañaba tocarlo, extrañaba entrelazar mis brazos en el, ya ámbos estamos cambiados, el más que yo, pero solo quiero abrazarlo y creer que es mi Billy, y no el Bill de ahora.

Sus brazos me apretaban contra su cuerpo otra ves, por segunda ves en este día pude sentir que era mi Billy, pude sentir que era el, sentía el mismo calor que hace un año, me erizaba la piel con solo tocarme, me elevaba a las nubes con solo hablarme, pero este no es Bill, no es mi Billy.

- Dios, te extrañé.
Susurró posicionando su rostro sobre mi cabeza.

- Creí que...te habías olvidado de mi completamente.
Me aferraba más a su cuerpo, como si en algún momento fuera a escaparse de mis brazos.

- Núnca he podido olvidarme de ti.
Esas palabras...no sabía si creerlas o no.

- Si querías salir solo para abrazar a una más de tus zorras, sólo me lo hubieras dicho.
Sara estaba detrás de nosotros, apoyada en el marco de la puerta de entrada, observando como nos abrazabamos, escuchando nuestras palabras.

~ teenage love  ~ Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora