𝘉𝘦𝘩𝘪𝘯𝘥 𝘠𝘰𝘶

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🃜🃚🃖🃁🂭🂺

De nuevo frente a la misma puerta, siempre en el mismo lugar, ¿cómo podía tenerle tanto miedo al sentimiento que estaba desarrollando? 

Lo recuerda asustado, confundido, con esa mirada de desconfianza pura en sus ojos. Angel siempre tenía esa mirada cuando alguien que desconocía se le acercaba. Husk lo había notado desde esa noche que vio cómo un demonio pasado de copas lo llevó a la fuerza a una de las habitaciones del casino, forcejeaba con fuerza frente a los diferentes clientes del casino, pero nadie hacia nada, todos sabían perfectamente que defenderlo implicaba muchas cosas.

Defenderlo implicaba matar a un socio importante de Vox, Valentino y Velvette.

Siempre estaba en el casino, siempre con una compañía diferente, pero esa noche en particular lo vio entrar por primera vez, un chico de piernas largas y atuendo ajustado, era la mina de oro de Valentino. Claro que lo conocía, no se podían ignorar mucho los carteles y fotos que habían del chico por todo el infierno.

El problema no era Angel, el problema era su acompañante, un idiota que exportaba armas celestiales robadas a Carmilla Carmine. Los Vees no mantenían buena relación con dicha Overlord, por eso acudían a otro proveedor que los ayudaba con ese tema. Sabía algo, que si se le llegaba a acercar sería un gran problema, pero Husk nunca había permitido que un demonio intente forzar a otro en su casino, y no iba a comenzar ahora.

El demonio era agresivo, testarudo, desagradable y un completo idiota. Siempre trataba a todos sus empleados como si fueran una bola de inútiles, el único motivo por lo que lo dejaba estar ahí era por el dinero. A pesar de ser un imbecil, tenía dinero y contactos, así que Husk había decidido por un buen tiempo no hacérsela de enemigo, no hasta que escuchó los gritos lastimeros de cierto muchacho provenientes de una de las habitaciones del casino.

Verlo sin fuerza, casi desnudo y en el suelo fue la gota que derramó el vaso, sabia que Angel era propiedad de Valentino y sabía que el tipo que intentaba violentar a Angel era socio de los Vees. El chico no podría defenderse a pesar que quisiera, así que sin pensarlo tomó su arma y le disparó directo en la cabeza, no le dio tiempo al otro chico en la habitación de reaccionar porque aún parecía aterrado, pero una sonrisa cansada y una corta platica pareció ser suficiente para calmar al muchacho.

No recordaba bien aquella noche, pero si recordaba bien la sonrisa del chico, a pesar de todo el miedo que parecía sentir estaba ahí, sonriendo. Despues de un par de minutos lo vio salir por la ventana y echarse a correr, si Valentino lo encontraba ahí sería su perdición.

El problema real era.

¿Qué haría con aquel cuerpo tirado en una de las habitaciones de su casino? 

No podía solo tirarlo por algún lugar eso estaba claro, si los Vees lo encontraban habría un problema y uno grande, no quería ser parte de todo ello, pero ya lo era. Mandó a uno de sus empleados a deshacerse del cuerpo, cuando por fin le informaron que todo había salido bien, pudo respirar, era un problema menos de todos los que vendrían.

Por su propia salud mental tuvo que regresar a su oficina, sabía que Angel no saldría de su habitación en unos días en el caso más probable.

Husker. — las sombras envolvieron su oficina, el demonio de la radio — Escuché un rumor muy divertido sobre ti y cierto ex-actor del cine para adultos. 

Maldito Vox, seguía sin entender la clase de relación extraña que llevaba con Alastor, en cualquier lugar que pudieran verlos actuaban como si estuvieran por quitarse los ojos, pero cuando nadie los veía, su forma de actuar era diferente. 

Los descubrió por accidente o por desgracia, diría él. Fue al departamento de Alastor por algunos asuntos de trabajo que tenían que arreglar, pero en los últimos días no había podido contactar al overlord por ningún lado. Tomó la horrible decisión de buscarlo y se encontró con la extraña situación de Vox y Alastor. Su primer instinto fue correr, el segundo arrancarse los ojos con sus propias manos y el tercero reírse. Optó por la primera, rápidamente atrapado por la sombra del demonio de la radio y llevado nuevamente al departamento.

Al final Alastor le hizo jurar que no diría una sola palabra sobre todo eso y por su propia seguridad aceptó.

Esa era la razón por la cual desconfiaba por completo de Vox. ¿Por qué había intentado besar a Angel con Alastor intentando asesinar a cada persona que se le acercaba?

— ¿Sobre mí defendiendo a Angel de estar encerrado en su habitación con tu enemigo mortal? 

Sintió cómo la estática empezó a subir en la habitación. Parece que Vox había omitido un detalle en su historia. 

¿De qué chiste de mal gusto estás hablando? — su voz sonaba grave y parecía intentar mantener la calma que le quedaba. 

—Mira, Alastor, sabes que nunca he confiado en Vox y por eso lo seguí cuando estuvo a solas con Angel y... 

Husk no pudo terminar de hablar cuando las sombras a su alrededor desaparecieron de un momento a otro sin previo aviso. Vox tendría muchos problemas cuando el demonio de la radio lograse atraparlo. 

La puerta se volvió a abrir, suspiro sin levantar la mirada, ya nadie tenía la decencia de tocar. pero al levantar la vista se dio cuenta que era Angel, parado frente suyo, su rostro estaba empapado de lágrimas. Algo dentro suyo hizo que actuara con rapidez, se paró de donde estaba sentado y se acercó rápidamente a Angel intentando averiguar el por qué lloraba con tanta fuerza. Lo atrajo hacía su cuerpo, abrazándolo como si su vida dependiera de ello. 

¿Cómo podía estar ahí y lucir así? 

Frágil, indefenso, inseguro. 

— ¿Qué ocurrió? — Husk intentó preguntar, pero Angel volvió a caer en lágrimas sin dar razones. 

El demonio alado tuvo que levantarlo en brazos y llevarlo a su habitación, todo parecía estar en su lugar, excepto por ciertas cosas que lucían desordenadas, lo dejó en su cama nuevamente para que pudiera dormir, no iba a forzarlo a hablar, pero en cuanto intentó dejar la habitación, Angel lo tomó de la mano para evitar que se alejara.

— No te vayas. — pidió.

— No me iré a menos que tú así lo quieras. — respondió inmediatamente Husk.

Tomó su silencio como respuesta y se acomodó como pudo al lado de Angel, la cama no era tan grande como la suya, pero tenía suficiente espacio para los dos. 

Pasaron horas recostados uno junto al otro, en silencio, sin decir una sola palabra y cuando finalmente Husk creyó que Angel se había dormido lo escuchó hablar. 

— Tuve una pesadilla. 

— ¿De qué fue? — respondió casi en un susurro, no quería que Angel se asustara de nuevo. 

— Despertaba de nuevo en el estudio, con los golpes de Valentino en la puerta y el ruido de los modelos en los pasillos, todo se había sentido tan real—

— Angel, no... — intentó comenzar, pero no pudo decir nada, al contrario, solo pudo abrazar a Angel nuevamente. Sentía las lágrimas caer en su hombro — Aquí nunca te pasará nada, siempre estaré aquí cuando lo necesites. 

Eso pareció calmarlo lo suficiente porque después de un tiempo escuchó como la respiración del chico se hacía más lenta y calmada y eso fue una invitación para que Husk cayera lentamente dormido de igual manera.

Angel estaba corriendo lejos de Husk, y Husk estaba intentando atrapar algo que nunca fue suyo.

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𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙖𝙣 𝘼𝙣𝙜𝙚𝙡 • 𝙃𝙪𝙨𝙠𝙚𝙧𝘿𝙪𝙨𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora