𝘙𝘦𝘢𝘭𝘪𝘵𝘺

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🃜🃚🃖🃁🂭🂺

— Por Lucifer. — espetó Husk rodando los ojos mientras veía al demonio de la radio con el cabello completamente desordenado.

Curiosamente Vox estaba con las mejillas de un fuerto color rosado.

Acababan de llegar a la casa de Alastor, Husk agradeció mentalmente el recordar tocar o de lo contrario sufriría otra situación extraña como meses atras.

— Me parece que interrumpimos algo. — bromeó Angel a espaldas de Husk. — Perdón Sr. Sonrisas.

— Estoy aquí. — hablo Vox sentado no muy lejos de la puerta — Bastardo engreído.

Me parece que ambos se pueden quedar solos por unos minutos sin romper nada ¿cierto? — la pregunta fue directo a Angel y Vox — Tengo asuntos por hablar con mi estimado Husker.

El demonio de la televisión y el arácnido sonrieron inocentemente, ambos quedando sentados en el gran sofa de la sala de estar.

— Son adultos Al, pero manten las manos quietas Angel.

— No prometo nada. — dijo Angel guiñandole un ojo a Husk.

Ambos Overlords abandonaron la habitación por fin dejándolos solos.

Angel necesitaba preguntarle a Vox que realmente había pasado con Valentino, sus pesadillas lo estaban consumiendo, no quería creer lo que estaba pasando era real, solo era Valentino atormentandolo entre sueños.

— Angel ¿Estás bien? luces pálido y te ves como la mierda. — dijo rápidamente el demonio de la televisión.

Vox siempre tan dulce y delicado.

— Sí, no, no lo sé, yo quería preguntarte algo. — pudo ver como la sonrisa de Vox caía — ¿Tú recuerdas haber asesinado a Val?

Las luces comenzaron a parpadear con fuerza, y el silencio cayó automáticamente sobre la habitación.

Sabía lo que significaba, Vox estaba teniendo un ataque de pánico, había lidiado antes con ellos pero ahora podía ver el miedo reflejado en sus ojos, sus manos temblando y la grieta de su rostro comenzando a agrandarse, si no se calmaba Alastor entraría derrumbando esa puerta.

— Vox ¿Realmente viste que estaba muerto? — podía sentir su pecho oprimirce — ¿Vox—?

— No lo sé.

No lo sabía.

El miedo se apoderó de él, sintió como Vox lo tomaba de los hombros tratando de hacerlo reaccionar, pero Angel estaba desconectado de la realidad, la mordida había sido real, Valentino buscándolo cuando Husk no estaba ahí, todo había pasado en realidad.

— ¡Angel! — grito Vox.

— ¿C‐Cómo no lo sabes? — su voz temblaba y le dificultaba respirar.

— Le disparé a Valentino en el pecho, n-no estaba respirando, Velvette estaba gritando, yo—

— ¿Velvette estaba ahi?

— Estaba hablando con Val, las cosas se salieron de control, comenzo a golpearme, no estaba pensando bien, tome la pistola de tu habitación—

Lo detuvo de golpe, la pistola de su habitación.

— No era un arma celestial. — fue todo lo que pudo decir — Lo dejaste mal herido, pero no está muerto.

Cada palabra salía lentamente, una tras otra, no podía pensar con claridad, Vox nunca en su vida le habría dado un arma celestial a él, la había robado de uno de sus clientes, la usaba para defenderse, podía ser fácilmente confundida por un arma celestial pero cuando la mirabas con la suficiente atención veías que solo era un arma normal, como todas las demas.

— Angel yo lo vi, estaba muerto, no respiraba, Velvette estaba gritando que lo había asesinado y por eso salí corriendo de la torre. — Vox explicaba todo con completa desesperación, no podía creer lo que estaba pasando.

— Vox, el estuvo en mi habitación, en el casino, me dejo una marca. Pensé que eran pesadillas pero cuando desperte la mordida estaba ahí.

— ¿Él lo sabe?

Se refería a Husk, no le había dicho una palabra de ello, tenía miedo, no quería aceptar que aquello era real, nunca podría librarse de Valentino.

— Tienes que decírselo, Angel, tienes que—

— ¡No!

El ruido por fin pareció llamar la atención de los dos Overlords ya que ambos salieron de la oficina de Alastor con un semblante preocupado.

Husk fue el primero en acercarse, lo estaba mirando de píes a cabeza, buscando algún error, rápidamente su mirada paso hacia Vox tratando de buscar alguna respuesta.

— ¿Angel?

No podía hablar, no podía moverse, no podía reaccionar a lo que estaba pasando, necesitaba irse de ahí, necesitaba volver al casino, a su habitación con Husk, donde nadie podía lastimarlo.

— Quiero irme. — la mirada de los tres Overlords sobre el lo hacían sentir aún más mareado, quería irse.

No me parece buena idea que lo lleves en el estado en el que está. — dijo Alastor firmemente — ¿Qué ocurre? Antes de entrar ambos lucían completamente tranquilos, ahora están temblando como pequeños perros chihuahuas.

La voz de Alastor era calmada pero demandante, podia sentir la estática del lugar incrementarse y eso lo hizo encogerse en su sitio, no quería hablar.

— Al, están asustados, cálmate. — intentó comenzar Husk.

¿Vox? 

El demonio de la televisión bajo la mirada, ambas manos aún temblando.

— Nos vamos, juntos ninguno va hablar. — dijo Husk con la voz calmada, podía verlo escoger sus palabras con cuidado.

Alastor asintió a regañadientes, se despidió de Husk y le dio un vago asentimiento a Angel con la cabeza, ambos regresaron en completo silenció al casino.

No quería mirarlo directamente, él era el culpable de toda esa situación, había atrapado a Husk en todo el estúpido juego de Valentino.

Necesitaba alejarlo para salvarlo, necesitaba escapar de él.

Lo primero que hizo al llegar fue correr hacía su habitación con un Husk muy preocupado tras él.

Las lágrimas comenzaron a caer nuevamente de su rostro, estaba asustado.

¿Realmente estaba pensando en volver a correr?

— ¿Mon prince? — Husk se sentó a su lado limpiando las lagrimas de su rostro — ¿Qué ocurre? llevas días así, Angel, estoy preocupado.

El chico solo podía encogerse sobre su propio cuerpo, estaba perdiendo la cabeza, podía sentir a Husk acariciando suavemente su cabeza susurrando palabras entre sueños, quedándose lentamente dormido junto a él.

No puedes escapar Angel, volverás a mí pequeño.

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𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙖𝙣 𝘼𝙣𝙜𝙚𝙡 • 𝙃𝙪𝙨𝙠𝙚𝙧𝘿𝙪𝙨𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora