Krist ha escapado de su manada de nacimiento y de un compromiso no deseado con Max Saran hermano del alfa Zee Pruk. Zee contrata y paga una cantidad de dinero a Gawin un cazarrecompensas para que capture al omega, pero cuando Krist le pide ayuda le...
Nanon Korapat no era lo que Singto había esperado cuando habló con el por teléfono. No solo era un gamma, sino que también era uno que se veía más relajado y mucho más agradable de lo que Singto hubiera esperado de un miembro del Concejo de Cambiaformas. Los que había conocido anteriormente parecían pensativos, rígidos y nada de lo que uno podría considerar amigables.
Este tipo, sin embargo, había saludado a Singto con una amplia sonrisa y un ansioso apretón de manos, como si estuvieran reunidos para tomar el té de la tarde en lugar de interrogar a un presunto asesino.
—¿Singto Prachaya? —Preguntó mientras extendía la mano en un gesto amistoso.
Singto asintió y aceptó la mano ofrecida.
—Fabuloso — sonrió —. Soy Nanon Korapat, Representante del Concejo de Cambiaformas Capítulo Norte.
—Un placer conocerte — Singto regresó el saludo aunque no con tanto entusiasmo.
—Igualmente —Nanon dijo rápidamente, ansioso por dejar de lado la charla sin importancia e ir a lo profesional—. Tengo entendido que tienes entre manos al sospechoso del asesinato de tu hermano.
—Así es. Un omega de la manada de Silver Moon.
Korapat hizo una mueca que mostraba su disgusto ante la mención de Silver Moon —. Sí, he tenido algunos tratos con ellos. Su alfa no es un tipo muy agradable.
—Eso he oído.
—Bueno — suspiró Nanon —. Será mejor que acabemos con esto de una vez. ¿Dónde está detenido?
—Por aquí — Singto estiró un brazo en dirección al pasillo a su izquierda — Lo tengo en una sala de interrogatorios, esperando.
—Muy bien.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Krist estaba sentado ante una gran mesa de acero, retorciendo sus manos nerviosamente. Un beta le dijo que se sentara e hizo lo que le dijeron. Pensó, que si tal vez cooperaba, le permitirían ver a su cachorro. Podía hacer eso, interpretar al omega bueno y obediente, si eso significara reunirse con su hijo. Eso es todo lo que le importaba ahora. Ver a su pequeño nuevamente y asegurarse de que estaba bien. Aunque realmente no creía que pudieran dañar a un recién nacido. Especialmente con ese alfa brutal que parecía tener todo en su contra.
La habitación en la que lo habían colocado era pequeña, fría, gris, con pisos de concreto y sin ventanas. Los únicos muebles en la habitación eran una mesa, la silla en la que estaba sentado actualmente y dos sillas en el lado opuesto de la mesa frente a él. Parecía el tipo de sala de interrogatorios que podrías encontrar en una comisaría de policía humana, solo que sin el espejo bidireccional. Krist suspiró mientras miraba alrededor y pensó que estaba destinada a ser intimidante. Bueno, al menos no lo tenían esposado a la mesa. Él no podía manejar eso. A los cambiaformas no les gustaba que los sujetaran de esa manera.
