𝚂𝙴𝙼𝙿𝙸𝚃𝙴𝚁𝙽𝙾 ꜱᴋ

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En un apareamiento forzado sabían como sería su futuro. Solo servir y cuidar cachorros. Al menos tendrían seguridad en sus vidas. Sin embargo, ¿valía la pena esa seguridad por la falta de libertad que podrían tener en otro lugar? En la mente de Krist, no, ya que estaba casi seguro que habría sido severamente castigado si no cumplía con las expectativas de su alfa. Singto ni siquiera quería pensar en lo que Zee le habría hecho cuando se diera cuenta de que Krist no tenía las habilidades que Zee deseaba. Krist había tomado la decisión correcta de correr. Quién sabe que hubiera  sucedido de otra manera.

Singto dobló la esquina y se dirigió directamente a su jeep que estaba estacionado un poco más abajo del almacén. Había abierto la puerta del lado del conductor, pero antes de que pudiera entrar, escuchó una voz aguda que gritaba su nombre. Se giró justo a tiempo para ver un rostro familiar que le sonreía alegremente.

—¡Aye!—Exclamó con sorpresa —¿Cuándo tu volviste?

—Anoche, mamá y papá me recogieron en la estación de autobuses. Habría pasado a saludarte, pero era muy tarde y, además, escuché el rumor de que un omega se emparejó contigo—. Ella hizo un puchero mientras estaba de pie allí con las manos en las caderas mirándolo con fingida molestia—. Ni siquiera sabía que estabas cortejando a alguien. Al menos podrías haberme advertido.

—Lo siento por eso. Todo sucedió muy rápido y no es lo que piensas, en realidad. Puedo explicarlo todo más tarde, pero no en este momento. Estoy muy feliz de verte—. Singto le dio a la chica un fuerte abrazo y luego dio un paso atrás para mirarla —Maldita sea, ha pasado mucho tiempo. La última vez que te vi, eras una pequeña mocosa y ahora mírate, toda crecida.

—Solo han pasado dos años— Aye se rió —Pero, sí, muchas cosas han cambiado. Por cierto, lamento mucho lo de Gawin. Me encantaría poner mis manos sobre los bastardos que lo mataron. ¿Cómo diablos no han sido castigados todavía? ¡Es ridículo!

—Todavía está bajo investigación— Singto explicó, su voz tomando un tono más sombrío —Hubo circunstancias atenuantes en torno a su muerte que el consejo siente la necesidad de investigar más a fondo. Honestamente, creo que se están involucrando demasiado. Debería haber sido un caso abierto y cerrado, pero se hicieron ciertas afirmaciones que despertaron cierto interés. Y ahora todos estaban bajo escrutinio.

—¿Por qué ahora de repente están interesados? —Aye resopló con molestia —No es como si realmente les importara lo que sucede en las manadas más pequeñas. El consejo solo se preocupa por ellos mismos y por lo que los beneficia. Si se han interesado en tu nuevo compañero, significa que quieren algo de él. Ten cuidado, Sing. Ellos han destruido manadas para conseguir lo que quieren. No les importa a quién lastiman mientras se salgan con la suya.

—Lo sé — dijo asintiendo con la cabeza—. No confío en ellos, pero por ahora tengo que seguir su juego. Es la única forma de mantener a Krist a salvo.

—¿Krist? —Aye levantó una ceja —¿Es tu nuevo amigo?

—Sí. Lo he tomado a él y a su cachorro bajo mi protección por el momento. No podía permitir que ellos regresaran a Silver Moon, no después de que Gawin sacrificó su vida para traerlos aquí y mantenerlos a salvo.

—Entonces, ¿sacrificas tu propia felicidad para tomar una pareja a la que no amas?— Aye frunció el ceño un poco — Eso es admirable, supongo. Es un desastre el que te obliguen a hacer algo así. Espero que este tal Krist aprecie lo que estás dando por él.

— Él, lo hace. Y, sinceramente, no es malo. Es un gran chico y Perth, su cachorro, es adorable. Me recuerda mucho a mi hermano. Además, es bueno tener a alguien más en la casa otra vez. Admito que cuando Gawin estaba asignado a largas tareas, se sentía un poco solitario. Siempre me decepcionaba un poco cuando volvía a irse.