𝚂𝙴𝙼𝙿𝙸𝚃𝙴𝚁𝙽𝙾 ꜱᴋ

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Krist cerró los ojos suspirando aliviado y Singto dio media vuelta para mirarlo. Krist le parecía muy inocente, al mismo tiempo había una mirada envejecida que parecía muy fuera de lugar en alguien tan joven. Había pasado por mucho en su corta vida, mucho más de lo que cualquier persona de su edad había tenido que pasar. A Singto le dolía el corazón pensar en todo el dolor y el sufrimiento que el chico había tenido que soportar a manos de su antigua manada. Luego perder a Gawin de la forma en que lo había hecho. Esto era testimonio de la fuerza que tenía.

Singto sabía que había tomado la decisión correcta al aceptar el apareamiento. Incluso si no era el momento adecuado, era por las razones correctas. Tal vez no por las mismas razones que tuvo Wave Pei para obligarlos a hacerlo. Ese era otro asunto que Singto tendría que abordar más temprano que tarde. Con Nanon Korapat tras su culo, por así decirlo, tendrían que seguirle el juego hasta que Krist fuera oficialmente miembro de Black River. En lo que a Singto se refería, lo era, pero si los informes de Nanon no le decían a Wave Pei lo que quería escuchar, Krist podría ser llevado y obligado a cumplir el contrato que su padre había hecho con Zee Pruk, pero Singto no estaba dispuesto a permitir que eso sucediera. Pase lo que pase, tenían que parecer una pareja felizmente apareada. El futuro de Krist, así como el de Perth, dependía de eso. Dependían de Singto, y él no iba a decepcionarlos. Aunque lo primero es lo primero, tenía que encontrar una manera de hacer que la transición de Krist fuera lo más fácil posible. No podía empezar a imaginar lo que estaba pasando por la mente del chico en este momento. Parecía estar bien, pero Singto ya sabía lo suficiente sobre él para saber que Krist tendía a internalizar las cosas. Nunca se quejaría abiertamente. Le habían enseñado a guardarse sus pensamientos y sentimientos y hacer siempre lo que se esperaba de él.

Bueno, eso era algo que Singto esperaba que cambiara con el tiempo. En Black River, no se esperaba que Krist satisficiera las necesidades de los demás mientras descuidaba sus propias necesidades. Había muchas cosas a las que Krist tendría que acostumbrarse ahora que iba a vivir permanentemente en su manada. Además, como compañero de Singto había cosas a las que el alfa también tendría que acostumbrarse. No había tenido un compañero de cuarto desde que su hermano había crecido y se quedaba en la casa alfa cuando regresaba de algún viaje, pero era algo muy raro, Singto prácticamente vivía solo. Ahora iba a ser el anfitrión no solo de Krist, sino también de su cachorro.

No estaba seguro de como iba a manejar eso. Nunca había sido muy bueno con los niños, aunque tenía que admitir que Perth era adorable y le recordaba mucho a su hermano. Si Perth se parecía en algo a su padre, Krist tenía mucho trabajo por delante.

Off me dijo que habló con Gun —Singto habló de repente, sacando a Krist de sus pensamientos —. Él y los otros omegas están trasladando tus cosas a mi casa. Desde ahora tú y el cachorro se quedarán en la habitación de invitados. Espero que esté bien.

—Está bien, gracias— Krist dijo suavemente. Su tono era tan pasivo que Singto realmente no podía medir los sentimientos del chico al respecto. Como siempre, parecía aceptar su situación sin quejarse. Le dedicó a Singto una media sonrisa, luego giró la cabeza, mirando en silencio por la ventana.

—Si hay algo que necesites para que te sientas más cómodo… — ofreció Singto — no dudes en preguntar.

—Estaré bien — Krist dijo en el mismo tono de voz suave, con los ojos fijos en el paisaje por el que pasaban.

Singto dio media vuelta y se centró en la carretera que tenían delante. Sospechaba que Krist todavía estaba procesando todo lo que había sucedido. Necesitaba tiempo y tal vez un poco de espacio. Bueno, Singto podría darle eso. Dios Lobo sabe que al chico le vendría bien un descanso.

Los omegas no solo trasladaron las cosas de Krist a la habitación de invitados, sino que desempacaron y guardaron todo antes de que Krist y Singto regresaran a las tierras de la manada.