- Un momento...¡Tú no eres una mujer! -
Fue en ese momento en su misión de infiltración que choco con un hombre, lo cual era raro, se era conocido en el Bazar Sekken que las Gerudo jamás dejan entrar a un hombre.
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El dibujo de la portada y las...
*Veo la ultima vez que actualice* *Veo lo que pasa con Wattpad*
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Fuera de bromas, primero estuve enfermo de Dengue lo que me evito escribir por un tiempo. Aparte de cosas académicas. Y vaya que fue una semana difícil para los autores de Wattpad, personalmente me siento muy apegado a la plataforma (ya parece relación tóxica) siempre guardo copias de los capítulos por lo que no se preocupen abriré un perfil de Facebook para que haya un medio de comunicarme con ustedes si Wattpad me elimina el fic o peor la cuenta. Si la cosa va mal y no pueda publicar el fanfic en Wattpad por problemas con sus políticas, me obliga a mudarme a otras página (ao3 y las demás) para que puedan seguir leyendo, como también ver su final, por lo que esperemos que no pase nada grave.
Procedo a dejar el perfil:
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(No les prometo ser muy activo pero si subiré una que otra cosa)
Espero que este informe no fastidie que disfruten el capítulo.
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–¡Apúrense, doctor, porque creo que va a dar a luz!
Dijo el Zora mientras tenia tomaba la mano de su esposa. La mujer sabia debía ser fuerte porque esa es la primera parte del nacimiento de su raza, apretaba la mano de su esposa, porque sabía que no estaría sola. Varios Zora la llevaron con cuidado hacia los estaques sumergiéndola en el agua cristalina. Las parteras hicieron acto de presencia. Ella dio un grito por los espasmos que le daba el huevo al querer salir. Una la curaba, otra revisaba el estado de su cuerpo, la última veía por la seguridad del huevo. Los demás junto a su esposo solo pueden brindar palabras de aliento.
–Ella sufre, es un niño a quien esperamos.
Dijo una de las parteras.
Un niño
Se empezó a replicar entre los Zoras, el bullicio fue tanto que despertaron a la princesa Mipha por el escándalo. A paso lento la gente le daba espació para poder pasar. La imagen que se encontró fue de su madre en el agua turbia, manchada de su propia sangre. Ella suspira con alivio cuando recibe el huevo. La madre le rodea con sus brazos mientras le curan, la pérdida de sangre fue mucha pero no era algo que las curanderas no estuvieran trabajando.
