|| ꧁) ༒ (꧂ ||
꧁𝕽𝖎𝖙𝖚𝖆𝖑꧂
William.
Observé el húmedo cuerpo de Naia descansando sobre las blancas sábanas de la cama de nuestra habitación.
Su respiración es lenta y su rostro expresa una profunda relajación, ella en verdad debe estár cansada.
Mientras tomábamos un baño ella quedó completamente rendida en mis brazos, sin fuerzas siquiera para moverse hacia la cama.
Ella en serio está agotada y bueno, claramente yo se la razón se su gran agotamiento físico.
Sonrío.
La jodí realmente duro.
Cuán orgulloso estoy de eso, mi pequeña mujer, está mas que claro que ella está destinada para mi, pudo aguantarme, supo tomarme tantas veces y tán bien.
Fue extraordinario.
Ella toda sudada, jadeante y deseosa, jamás negándose a mis deseos y siempre comportándose tan insaciable como yo, ella es realmente una obra de arte.
Su cuerpo es un sueño y su cara al llegar al éxtasis es todo lo que deseo tener en mi memoria por el resto de mi jodida vida, ella es tán sensual.
Todo fue tan intenso.
De solo recordarlo se me pone dura.
Se mostró tan delicada.
Saber que pude romperla con tanta facilidad me excita y me enorgullece por igual.
Me excita que ella haya sedido, me encanta que ella se entregase a mi a pesar de saber las consecuencias que eso podría traerle, ella decidió confiar en mi a pesar de todo, ella solo pensó en aliviar mi dolor y mi necesidad, y valla que lo hizo.
Y me enorgullece, me llena de orgullo saber que no hay nadie en quién ella confíe mas que en mi, me llena de orgullo saber que pude lastimarla y no lo hice, los instintos asesinos característicos de mi en el celo, al no encontrar completo alivio jamás se mostraron, no pudo ya que con ella todo es distinto, todo es más intenso y delicioso, sentía que podía morir enterrandome en su interior, sintiendo como sus paredes se contraían al rededor de mi miebro, sin querer dejarlo ir, queriendo exprimir hasta la última gota de mi esencia y yo se la di, en todas partes he de admitir.
Acomodé mi miembro completamente erecto en busca de algún alivio.
Me acosté en la cama a su lado y ella se quejó entre sueños para luego llevar su cuerpo hacia el mío, en busca de calor, uno que por supuesto yo no hiba a negarle.
Su cabeza reposó sobre mi brazo y yo la rodeé por la cintura, observando la perfección de su rostro y la delicadeza de sus facciones, sus labios rosados e hinchados por todos mis besos, su nariz fina, sus cabellos rojos regados por su cara y su respiración tranquila no hace más que fascinarme.
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Princesa de una bestia ©
Fantasy-Eres mía Naia. -Soy consciente. -Aún cuando todos te nieguen, incluso si tú no me aceptas por completo... eres mía. -Lo sé y me alegra pertenecerte. Créditos de portada a @Editorialsilver y @Ivanessac10