༺.01.༻

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꧁𝕭𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆꧂

Una pequeña y delicada humana de cabellos cobrizos y sonrisa ausente se encontraba deambulando por el oscuro y tenebroso bosque.

Los habitantes la habían echado de la aldea, del lugar en el que ella había nacido, no tenía más opción que irse y encontrar un lugar en el que pudiese quedarse, no sabía si era una cueva, una casucha o una nueva aldea, no tiene ni idea de lo que encontraría a su paso, solo esperaba tener suerte por primera vez en su vida y esperaba no encontrarse con ninguna criatura salvaje que pudiese devorarla hasta que encontrase un refugio.

Arrastraba sus descalzos pies por el suelo lleno de hojas y raíces que solo lograban lastimar sus pequeños y delicados pies, mientras su cuerpo solo era cubierto por un fino vestido blanco que colgaba por debajo de sus rodillas y con mangas las cuales se encontraban un poco rasgadas a causa de las ramas y arbustos por los que había tenido que pasar.

Sus cabellos eran adornados por algunas hojas mientras caía en cascada por su fina espalda, en su mente solo pensaba en encontrar comida pronto y no ser la comida de algún animal.

Su estómago rugía con ferocidad mientras ella solo aguantaba con la esperanza de que pronto encontraría alimento y su malestar pasaría. Pero se preguntaba ¿Cómo pasaría el malestar de su corazón? No sabía como aliviar ese dolor, se preguntaba ¿por qué nunca fue querida por nadie? ¿por qué todos la despreciaban de una manera tán cruel si ella lo único que deseaba era llevar una vida tranquila y en soledad, ya que no conocía otro sentimiento que no fuese el abandono el odio y el rechazo. No comprendía porqué siempre la aborrecían, si ella nunca hizo nada malo.

Pero aún así, ella se mantenía firme, pensando en que lograría estabilizarse por primera vez en su vida, ella siempre conservaba esa esperanza como única pertenencia, ya que no poseía nada más, solo se tenía a ella misma.

Sus pensamientos eran los únicos que la acompañaban en este cruel e imparable viaje llamado vida.

Naia solo caminaba firmemente hasta que sus pies se vencían, 'No hay espacio para el descanso ahora' se decía a si misma en forma de palabras alentadoras para poder continuar su largo camino, pero su cuerpo era débil no aguantaría demasiado.

Ya eran muchos días sin probar alimento y apenas había conseguido agua en su largo trayecto, estaba por desfallecer, pero en su mente era completamente imposible rendirse, no ahora, no morirá aquí en medio de este bosque mientras pueda impedirlo.

Hará lo posible.

Aunque sea débil, en su interior era fuerte, yá que todas las adversas situaciones que vivió la hicieron así, la enseñaron a nunca perder la calma en cualquiera de las situaciones en las que se encontrase, aunque todo parezca perdido nunca hay que perder la esperanza porque podría ser peor. Que no importa que tán dura sea la vida contigo, debes agradecer por que hay personas que están en peores condiciones y debes dar gracias por al menos estár viva.

Esa era la forma de pensar de aquella frágil y hermosa muchacha.

Un fuerte gruñido interrumpió los alentadores pensamientos de la chica, su rostro perdió el color y sintió temor ante la potencia de ese gruñido. Intentó esconderse pero sentía pasos y los arbustos moviendose.

Algo se acercaba.

Y su intuición le decía que no era precisamente algo pequeño.

Repentinamente de los arbustos salió un lobo gigantesco y se abalanzó sobre ella de forma bestial.

La chica en un intento desesperado por salvar su vida comenzó a correr con las pocas fuerzas que le quedaban, lágrimas salían de sus ojos, aquél lobo no era normal, era algo demasiado grande y aterrador. Ella estába segura de que quería comerla.

Sus intentos por escapar fueron completamente en vano ya que el lobo le rasgó con sus gigantescas uñas su hombro haciéndola caer por el repentino dolor.

La baba de el animal caía deseando deborar por fín a su presa.

La chica sabía que este era el fín, no podía hacer nada para salvarse, estaba completamente perdida. Cierra sus ojos aceptando su cruel realidad...

Repentinamente deja de sentir ese enorme peso sobre su cuerpo y en cambio escucha un chillido de dolor.

Al abrir sus ojos pudo encontrarse con un chico de alta estatura y cabellos negros delante de ella. El lobo intentó acercarse pero el chico le rugió, un rugido el cuál hizo a la chica estremecerse ya que era imposible que ese sonido saliera de la garganta de un ser humano.

Pero la estaba protegiendo, nunca nadie hizo eso por ella antes...

El lobo intentó acercarse nuevamente por lo que el chico le dió una breve mirada a la peliroja haciendo que esta se perdiera en el profundo azúl de sus ojos.

El cuerpo de el chico comenzó a cambiar, de sus manos salieron unas enormes garras y de su boca unos gigantescos colmillos para que sus ojos se tornaran de un rojo profundo.

El asombro de la chica no se hizo esperar, nunca había visto algo como aquello, jamás lo había presenciado, ni siquiera sabía que ese tipo de criaturas existían, pero más se asombró al ver como él le arrojaba su saco, su vestido estaba bastante rasgado.

El lobo y el chico comenzaron una mortal pelea en la que la chica presenció como aquél chico destrozó al lobo que quería hacerle daño y acabar con su corta vida.

Al terminar la pelea, el pelinegro se encontraba lleno de sangre lo cual le disgustaba un poco, al encontrarse con la mirada de la chica pudo saber que ella se encontraba sorprendida, en completo estado de shock.

Probablemente ahora tendría mucho temor de el y saldría corriendo despavorida gritando 'monstruo' es lo que hacen todos los humanos en fin de cuentas.

El prefirió retirarse primero antes de que la muchacha comenzara a gritar como maniática.

—¡Señor bestia espere!

El se sorprendió de escuchar su voz pero mayor fue su sorpresa ante el sobre nombre qué ella había empleado hacia él 'señor bestia' y le había dicho que esperara ¿acaso no estába asustada de un ser como él?

El se dió la vuelta ya teniendo su apariencia normal observando a la débil muchacha con sus ojos profundos como el mar.

—Gracias... por salvarme.

Su asombro no cabía dentro de él, no estaba asustada ni mucho menos, si no que le agradecía, que muchacha tán extraña.

El asintió antes de marcharse y dejar a la muchacha nuevamente sola con sus confusos pensamientos.

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Princesa de una bestia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora