-Eres mía Naia.
-Soy consciente.
-Aún cuando todos te nieguen, incluso si tú no me aceptas por completo... eres mía.
-Lo sé y me alegra pertenecerte.
Créditos de portada a @Editorialsilver y @Ivanessac10
Este capítulo está dedicado para Mbeanny_b Gracias preciosa por apoyar mi historia y gracias por todos tus votos y comentarios cariño, espero que sigas esta historia hasta el final.
Si alguien quiere que le dedique algún capítulo solo debe pedirlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|| ꧁) ༒ (꧂ ||
꧁𝕻𝖗𝖔𝖕𝖚𝖊𝖘𝖙𝖆 ꧂
William
Es imposible no dirigir mi mirada a sus pechos, en estos momentos me encantaría hacerle de todo menos estár aquí solo hablando, su cara rojiza por mis palabras no ayuda en lo absoluto a mantener mi autocontrol, la forma en la que ella se entrega a mí, como queda completamente expuesta para que yo haga con su cuerpo lo que yo quiera, la forma en la que ni ella misma puede negarse a mí, me vuelve loco.
Se vuelve fuego líquido cada vez qué toco su cuerpo.
Deliciosa.
—William yo... quiero hablar de algo contigo— Dijo mientras mojaba sus labios, su boca es tán apetecible.
—Soy todo oídos pequeña— Espeté mientras me acomodaba en mi asiento y la miraba atentamente.
Ella encima de mi escritorio... como el otro día, que me pidió más, encima de esta misma superficie, pronto la haría mia en cada uno de los rincones de este castillo y ella solo podrá pedirme más, cada vez más.
—Bueno...—Estaba nerviosa ¿por qué? —Tengo entendido que habrá una guerra pronto ¿verdad?—
Tarde o temprano se enteraría, todos en el palacio andan parloteando sobre ello, no quería que ella se preocupase, ni por esto, ni por nada en lo absoluto, quería que ella tuviese tranquilidad, pero me tocó vivir entre un nido de imbéciles inútiles y chismosos, ninguno era de utilidad, los correría a todos.
—Si, es eso cierto pequeña, pero no tienes nada de lo cual preocuparte, todo saldrá bien— Traté de animarla.
—Yo... tengo miedo— Bajó su cabeza mientras jugueteaba con sus manos.
—¿Miedo de qué pequeña? Todo saldrá bien—
—Miedo de que justo ahora, justo cuando por fín soy feliz por primera véz, que todo se arruine, no quiero que les ocurra nada—
Sus ojos comenzaron a aguarse, su llanto era algo que realmente no me gustaba, prefería verla feliz, tán brillante como es ella, con ese carácter que la caracteriza, esa dulzura normal de ella, esa mirada tierna que yo tánto queria...
—Eso no pasará Naia, así que no llores— La abracé —¿Acaso no confías en la fuerza de tu futuro esposo Naia? Muy mal, muy mal pequeña—
Pude sentír como dejó de respirar por unos segundos y yo solo pude reír entre dientes, acaricié su cabello y obserbé su cara, la cual tenía una expresión sorprendida, supongo que ella no se esperaba mis palabras en lo absoluto.