Definitivamente no estoy soportando.
Si, obviamente estoy furiosa y al borde de la histeria por culpa de esa maldita. Si papá me escuchara hablar de esta manera probablemente ya me habría mandado a enjuagar la boca con estropajo y jabón.
Pero ¿Por qué estoy tan enojada? Estoy entre descifrar si su por lo que esa estúpida dijo, por que el señor Park prefirió consolarla o porque Oliver sin ningún esfuerzo siempre termina siendo el hombre perfecto, pero no, a mi me gustan los imbéciles hijos de perra que me hacen daño una y otra vez porque soy una estúpida.
No sé cual de todas las razones me enfurece más.
"Ni pienses que esto se va a quedar así."
Por supuesto que no se va a quedar así, que ni crea que una guacamaya anémica como ella me va a intimidar, no señor, en mi pueblo confundíamos disparos al aire con cohetes, que no espere menos.
—Amelia. —La voz de Oliver resuena llamando mi nombre mientras camina detrás de mí.
—¿Qué? —Contesto tajante volteándome para mirarlo a los ojos. —¿Qué quieres? ¿Humillarme también? —Mi pecho sube y baja con fuerza, no estoy controlando bien mi temperamento y con su presencia tampoco es como que pueda hacer el esfuerzo.
—¿A dónde vas en ese estado? —Contrarresta ignorando mis preguntas. Por lo menos es consciente de lo alterada que estoy.
—Al aeropuerto ¿No es obvio? —Me regaño mentalmente por contestar de esa manera, pero ya es tarde para arrepentirme del vomito verbal que estoy teniendo y no sé si culparlo al respecto, ni siquiera puedo coordinar bien mis pasos.
—¿Volverás a Estados Unidos?
—Volveré a mi vida antes de conocerlos a ustedes. —Concluyo antes de seguir mi camino porque no estoy de ánimos para dar explicaciones.
Actúo como si tuviera un plan trazado, mentira, ni siquiera sé como demonios voy a llegar al aeropuerto si ni siquiera logré cambiar dinero suficiente para un taxi. No tengo idea de que está sucediendo dentro de mí cabeza, tampoco tengo idea de que pasará conmigo en Seúl, lo único que sí se es que el señor Park aunque me cueste decirlo tiene toda la razón: Estoy huyendo.
¿Y que más puedo hacer en este momento? ¿Rogarle que la suelte y me consuele a mí? ¿O aceptar los sentimientos de Oliver cuando no sé si puedo corresponderle? Huir es lo único que siempre me salva de meter más la pata hasta el fondo y eso no va a cambiar.
***
Estos últimos días han pasado demasiado lentos, tanto así que siento que se han repetido patrones anteriores y es como si mi vida estuviese teniendo capítulos de relleno solo para compensar el hecho de que mi "Relación" con el señor Park no avanza y no sé si específicamente está retrocediendo por mi culpa o la suya, quizás por culpa de ambos, no lo sé.
Me aterra mucho y es tonto porque se supone que el amor es solo acciones y decisiones, pero no todas las personas sentimos ni nos vemos afectadas de la misma manera, la verdad, creo que lo que más me afecta en este momento es no poder contar con el consejo de alguien.
Desde que emprendí este camino me ha tocado tomar decisiones completamente sola, ni siquiera mi hermano es completamente honesto con sus vagos consejos porque en primer lugar es gay, y en segundo lugar no es su vida la que está teniendo estos problemas, es la mía y aunque sea mi hermano estos problemas a él jamás le van a importar tanto como a mí.
Sé que ya lo he dicho muchas veces, pero ser migrante, extranjera, latina y pobre literalmente es lo más difícil en la vida, por lo menos en estos tiempos; Y claro, como toda persona intento imaginar como seria haber nacido en Europa o en cualquier otro país del mundo que no fuese Latinoamérica —Y específicamente Venezuela— pero, como tengo mi lado sensible y patriota también tiendo a pensar en las cosas buenas que tiene mi país y se me pasa, pero solo por un rato.
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Mr. Park © #PGP2024
RomanceAmelia Rodríguez, una inmigrante de raíces latinas apasionada por la cocina culinaria, es aceptada en uno de los restaurantes de comidas Asiática más exclusivos y costosos de Nueva York, perteneciente al reconocido Grupo Maeda pero, su vida se pond...