"Estoy a punto mandar todo a la mierda, Amelia y me llevaré a un montón de personas por el medio con tal de que estés bien, es lo único que me interesa"
No le creo, no le creo absolutamente nada, no quiero creerle.
Más han sido las veces en las que me ha hecho creer que me elegirá antes que a nadie, que me cuidará y que seria capaz de destruir el mundo por mí, pero luego de tantas vergüenzas, tantos desprecios y tanto nepotismo ya no puedo creerle nada.
Park nunca ha sido un hombre de hablar por hablar, siempre ha tenido un temperamento y una manera muy meticulosa de actuar ante las adversidades y las inquietudes, sin embargo, todo el panorama cambió desde que se supo que seria padre, no hay manera humana de imaginármelo siendo padre.
A Yoona aún no se le nota la barriga, ella nunca ha sido el estereotipo de chica coreana huesuda y sin atributos, de hecho, Yoona es una chica muy curvilínea para ser coreana, pero mentiría si dijera que su cuerpo es del todo natural, el punto al que quiero llegar es al hecho de que, aunque tiene una panza super pequeña a la cual intenta lucir como si tuviese ocho meses, muy difícilmente se le deja apreciar.
¿Debería olvidarme de ella y solo disfrutar? Sí, debería.
No han desembarcado desde hace dos días, literalmente vinieron a Capri a vivir en el Yate de Park como despedida de soltera y eso, no es por criticar, pero es algo demasiado niche para mi gusto, así diría mi abuela.
—Quiero ir a Nápoles. —Le digo a mi amiga quien se está atiborrando con la comida del buffete del hotel. —Deseo desde siempre conocerlo.
—Creo que podemos ir, la fiesta como tal de Yoona es mañana en la noche, podemos tomar un vuelo a Nápoles y regresar mañana en la tarde, o si prefieres puedo cambiar los boletos de regreso y quedarnos unos días más. —Sugiere Med.
—Tienes un esposo esperando...
—Tengo a un maldito infiel esperando en mi casa, la que compre sudándome el culo trabajando para tu amante. —Chilla, yo le hago un gesto para que baje la voz porque no sé a quién nos podríamos encontrar en el hotel sabiendo que Park está aquí y las amigas de Yoona y los guardaespaldas también.
—¿Estás loca? —Susurro. —Yoona se trajo a la perra de Andrea, es una maldita plaga que puede estar detrás de cualquier pared esperando para joderme la vida.
—Creí que habíamos superado el tema de Andrea. —Me dice mordiendo un bizcochuelo de Nutella. —Si, fue un tema absurdo lo que hizo para llegar aquí y para entrar a la empresa, pero...
—Pero nada, sé que tengo un rencor inhumano hacia ella, pero no es para menos, sigo atacada porque nunca hubo unas disculpas sinceras, todo el mundo le restó importancia a ese asunto como si no fuese gravedad y para más colmo la gárgola plástica esa ahora la tiene como asistente, ella tuvo que haberle sacado toda la información posible de mí de cuando vivía con ella, tengo cero pruebas, pero no me interesa saberlo, sé muy bien que clase de persona son esas dos. —Suelto irritada y sé cuando histérica me debo ver, pero es algo que me pone iracunda.
—Entiendo. —Se limita responder. —Disfruta Amelia, solo por esta vez disfruta tu vida e imagina que todas esas personas son inexistentes o que las mataste.
—A veces tus metáforas me dan algo de miedo. —Bromeo obligándome a disipar la rabia de hace un momento. —¿Eres leal? No me vayas a querer apuñalar luego por la espalda.
Med ríe como desquiciada atrayendo la mirada de varios italianos guapos. —Por lo único que pelearía contigo seria por la Arepa, te lo he dicho mil veces, aparte no me interesan ni tu marido ni tu amante. —Se cruza de brazos. —En cuanto te descuides probablemente esté teniendo una orgia con esos seis sexys italianos que tenemos atrás.
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Mr. Park © #PGP2024
RomanceAmelia Rodríguez, una inmigrante de raíces latinas apasionada por la cocina culinaria, es aceptada en uno de los restaurantes de comidas Asiática más exclusivos y costosos de Nueva York, perteneciente al reconocido Grupo Maeda pero, su vida se pond...