"Confío en ti, en tu criterio y en tu carácter"
Esas palabras rondan mi mente como gato persiguiendo un ratón mientras miro fijamente a Andrea hablar sobre su experiencia laboral, su historia migrante y las discapacidades de sus hijos ¿Tiene intención de que se me ablande el corazón? Mi ética laboral no permitirá que sienta lástima por su historia.
Millones de veces escuché esa historia y para mi sorpresa, su esposo siempre tuvo otra versión.
—Realmente no tengo mucho más para decir que no sepas... —Dice sonriendo.
Me muerdo la mejilla por dentro antes de hablar. —No hay nada más indecente que aprovecharse del nepotismo y te aseguro que no tengo intención de que te quedes. —Respondo tajante. —Te estoy entrevistando porque mi jefe así lo quiso y lo hago como con cualquier otro aspirante, el hecho de conocerte es innecesario, en este instante eres una completa extraña para mí. —Digo mientras sigo ojeando su currículo. Ella se queda en silencio y mira hacia otro lado.
No estoy siendo vengativa o grosera a propósito, me parece injusto y grotesco que ella en primer lugar venga a este lugar con una referencia mía falsificada y segundo, que me trate como si fuésemos las mejores amigas del mundo, pero la parte más sínica es que está segura de que la ayudaré a obtener el trabajo.
—¿Cómo y por qué piensas que aprobaré tu ingreso si llegaste con una referencia falsificada? —Pregunto cruzándome de piernas.
La sala de juntas en ocasiones se siente como una caja de cristal, el eco, la tensión y el frío que se acumulan en ese pequeño espacio un día terminarán quebrando la caja.
—No pensé que te opondrías, somos amigas, es solo una referencia y gracias a ella conseguí que me enviaran a este país. —Dice como si nada y yo literalmente levanto ambas cejas por la sorpresa. —Algúnas facturas viejas y papeles que tiraste a la basura tenían tu firma. —Admite. —Yo solo estaba desesperada, no quería seguir en ese refugio, mis hijos...
Levanto la mano para que haga silencio. —Falsificaste una identidad, robaste documentos ajenos y ni siquiera pudiste llamarme antes de cometer esta locura. —Exclamo tirando la carpeta con el currículo en la gran mesa de madera. —Te puedo denunciar y serás deportada ¿Eres consciente? Corea no es como Estados Unidos, te enviarán nuevamente al inicio porque no aceptan delincuentes.
—No soy una delincuente. —Se defiende.
—¡Pues actúas como si lo fueses! —Le grito con rabia. —No voy a permitir esto ¿Tienes idea del lio en el que me metiste? —Pregunto recordando lo ultimo que dijo Park.
"Yo te contraté y debo hacerme cargo de ti"
Si ella no hubiese hecho una asquerosidad como falsificar mi firma, yo no tendría porque aceptar el pedido de Park a un guardaespaldas y que me mude con él, aunque para ser sincera eso no me preocupa tanto, la casa en Seúl de Park es fácilmente del tamaño de un crucero de Royal Caribean, así que el anexo está muy lejos del apartamento principal y en más, viven también los demás empleados.
Pero ¿Un guardaespaldas? No estoy lista para tener a alguien detrás de mí todo el tiempo, suficiente tengo con su hermano.
Dios, eso suena terrible.
—¿Dónde están tus hijos y tu marido? —Pregunto cruzándome de brazos y esperando una excusa patética.
—Mi marido se fue con otra... —Dice con la voz quebrada. —Y tuve que entregar los niños a un orfanato a las afueras de Nueva York, no podía cuidarlos, iban a morir conmigo, yo... —Rompe en llanto y yo no puedo creer lo que está diciendo luego de como consiguió llegar hasta el otro lado del mundo.
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Mr. Park © #PGP2024
RomanceAmelia Rodríguez, una inmigrante de raíces latinas apasionada por la cocina culinaria, es aceptada en uno de los restaurantes de comidas Asiática más exclusivos y costosos de Nueva York, perteneciente al reconocido Grupo Maeda pero, su vida se pond...