Capítulo cinco.

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Dicho y echo, a la noche siguiente Guns N' Roses y Nirvana habían sido invitados a unos premios

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Dicho y echo, a la noche siguiente Guns N' Roses y Nirvana habían sido invitados a unos premios.

Los primeros se encontraban todos sobre un sillón de la fiesta, unos más conscientes que otros.

Duff y Slash dormían y babeaban el sillón, el primero no había bebido, pero le ganaba el sueño, y el segundo acababa de vomitar en la alfombra elegante de la recepción.

Y por último, Axl miraba al techo con una botella de agua en la mano, manteniéndose sobrio para dejar a Cobain y a sus amigos sanos y salvos. El pelirrojo se dedicaba a observar a la gente ir y venir por el salón.

Esa noche no se habían llevado nada, pero a los chicos les apetecía fiesta y el simplemente aceptó sabiendo que iba a acabar exactamente así. A Axl solo le gustaban las fiestas cuando se podía emborrachar, pero en esta ocasión había echo una promesa por lo que no podía excederse.

Luego de un rato de mirar a la nada comprobó la hora. Era las cinco de la mañana, la hora perfecta para irse de esa puta fiesta de una vez.

Se levantó para ir a buscar a Kurt y a su grupo.

Avanzó entre la gente y tropezó con el chico de pelo largo de Nirvana. Dave parecía buscar algo, pero no caminaba recto, era obvio lo muy alcoholizado que estaba.

Detrás de él iba Krist que se reía a carcajadas, su camisa estaba llena de lo que parecía alcohol. El pelirrojo se preguntó donde estaría el de ojos azules durante unos segundos.

Axl suspiró e ignoró olímpicamente a los chicos, siguiendo su camino. Pensó que luego, con la ayuda de Kurt los metería en el coche a ambos.

Kurt había desaparecido esa noche. Realmente no era extraño que lo hiciera, pero con que había desaparecido no se refería a que no habían hablado. Se refería a que nada más acabar la entrega se había escabullido por uno de los pasillos, probablemente a drogarse.

Buscó al rubio, y se metió en un pasillo al azar esperando dar con la puerta indicanda, pero algo lo hizo arrepentirse.

Sonidos algo extraños sonaban al final del pasillo, cosa que no sorprendió a Axl. Era obvio que algunas parejas buscaban sitios oscuros y con intimidad para hacer sus cosas. Simplemente siguió caminando.

Dobló la esquina del pasillo, y ahí fué cuando lo vió.

Era una pareja, un hombre pelinegro que agarraba a alguien en la pared. Era una persona mucho más baja y pequeña que el. Parecía una rubia, concretamente.

Cuando Axl consiguió adaptar la mirada a la oscuridad se dió cuenta de a quien estaba sosteniendo el pelinegro.

Axl reconocía ese tono de rubio en cualquier lado. Pestañeó varias veces preguntándose si tal vez estaba demasiado cansado, pero la imagen no cambió en absoluto.

Era Kurt. Kurt Cobain, el cantante, guitarrista y fundador de Nirvana se estaba dando placer con un hombre en ese pasillo como si su vida se fuese en ello.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐎𝐍𝐄 𝐂𝐈𝐆𝐀𝐑𝐑𝐄𝐓𝐓𝐄, Kurtaxl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora