Un Desastre Con Rizos

~VII~

~Capítulo 7~

❇️ Una mentira desencadena a muchas ❇️

Se dice que uno no puede escapar de su pasado y menos, cuando el tuyo está demasiado empinado a aparecerse y hacerme recordar lo que no quiero.

En hacer que cualquier momento bueno se convierta en algo malo, lleno de angustia y ganas de salir corriendo.

Podía sentir su confusión y grandes ojos observando cada parte de mi, cada simple movimiento que llegara a realizar se que lo notaría. También sé que, ahora, todo lo hacen ya que no le respondo pero no porque no quiera sino... porque no logró articular ninguna palabra, si hablo se que empezare a llorar y no quiero, no puedo hacerlo frente a mi primo, al imbécil y a su esposo.

Un golpe en mi brazo me hace reaccionar y me doy cuenta que todos me miran tal como mi subconsciente se burlaba.

Fuerzo una sonrisa para que ella me la devuelva.

- Es...un gusto volver a verte...Loria - hablo entrecortadamente respirando profundo por cada palabra que suelto...

Y aún cuando tengo mis pulmones llenos de aire siento como necesito más. 

- Igualmente.

- ¿De dónde se conocen? - me pregunta Lean en un susurro pero no respondo.

Solo miro a la mujer en frente de mí, mi pecho duele al igual que mi garganta arde...No entiendo, no entiendo que mierda hace acá, tampoco quiero saber solo...

Ella saluda a su abogado que resulta ser mi primo, vaya mierda de mundo, se detiene a ver a Manson para solo estrechar su mano y a su esposo, ella toma asiento para mirarme por unos minutos pero yo no levanto la vista de mi copa la cual solo tiene agua.

Pronto deberá estar llena de algo fuerte.

Debía buscar una forma de salir de acá y llamar a Lily pero si salía ahora era demasiado obvio...

¿Qué sería obvio que eres una idiota?

Callate.

Tomó otro sorbo de agua y así uno tras otro. Ellos empiezan a hablarse del caso del hombre el cuál se trataba de un problema de la empresa y como su ex mujer se la quería sacar y más problemas.

Pero eso a mi me importaba un bledo, mi mirada viaja desde los que hablan y ahora mi vista no huía de Manson sino de Loria, la cuál cada dos segundo me mira pero yo no disimulo mi desagrado, ella lo sabe y yo también.

Nos traen un vino para que tomemos algo mientras ellos siguen hablando entretenidamente ahora de su nuevo negocio que el señor estaba ansioso por abrirlo.

- Pidamos.

Habla el señor y asiento, la señora Loria empieza a contar cómo empezó a trabajar con mujeres en situación de violencia, abusadas y demás, y yo solo pienso que me quiero ir.

No aguanto la hipocresía, no la tolero y ella es el significado completo de eso, la representación gráfica.

El hambre se me había ido, el aburrimiento se convirtió en inquietud, las ganas de dormir desaparecieron para que aparezcan las ganas de llorar.

Pongo mis manos bajo el mantel para bajar intentar de acomodar la venda de mi mano.

- ¿Pensaste que podías irte?

- Yo...

- ¿De dónde eres Lexie? - habla el señor Ruiz sacándome de mis pensamientos.

Lo miro para forzar una sonrisa y él la devuelve tranquilo.