~II~

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~Capítulo 2~

❇️ Volvió ❇️

No sé cómo mi padre pagará si comemos acá. Los precios no bajan de ciento cincuenta libras, ¿Cómo mierda alguien viene a comer acá?

¿La comida es de oro? La verdad no entiendo cómo alguien puede comer acá y gastar tanto; sin mencionar que ni una hamburguesa hay para pedir solo platos elegantes.

Con esos platos me muero de hambre.

La mesa por suerte era bastante grande así que no había necesidad de estar pegados unos a los otros. Tocó el brazo de mi primo que se encuentra a mi lado para mover un poco mi cabeza preguntando qué iba a comer.

No iba a ponerme a leer las mil cosas que te ofrecían...lo que él eligiera yo igual.

- Quiero una hamburguesa en realidad con doble queso y papas - susurra y yo asiento.

- Somos demasiado para esta sociedad - río y el me acompaña recibiendo un mirada acusatoria de los demás.

- ¿Ya saben que van a pedir?

Pregunta papá, Aura, Josh, Raquel y mis abuelos ya eligieron lo cual nos deja a mi primo y a mi en la deriva.

- Elige algo - me susurra entre dientes.

- Hazlo tú.

- No seas mala.

- Sabes lo indecisa que soy a la hora de comer - le digo y él bufa

- Di algo, mira el menú y decidí - me presiona y yo lo miro con los ojos entrecerrados.

- Yo no sé...elegí vos inepto- digo y este me choca con los pies molesto, le golpeó por debajo de la mesa, él me lo devuelve sin anestesia haciéndome maldecir - bestia.

- Mala.

- Idiota.

- Sucia.

- Feo.

- ¿Me dijiste feo? - dice ofendido lo cual hace que me rían ignorando las miradas que aún están sobre nosotros.

- Si quieren puedo recomendarles alguno de los platillos de niños que se dan en ocasiones especiales - dice el mozo interrumpiendo nuestra burbuja de risas mirándonos sonriente.

La vergüenza nos consume a los dos haciendo que nos quedemos quietos en nuestro lugar como dos niños chicos que acaban de regañar.

- Miren, con su permiso, tenemos una sección especial para niños especiales que no comen cosas del menú...- habló diciendo alguna de las opciones.

- La hamburguesa - decimos al mismo tiempo haciendo reír al mesero.

- Claro que sí, a lo que ustedes son más...grandes si quieren pueden agregarle mas cosas.

- Claro, ambas pónganle todo lo de una buena hamburguesa - dice el idiota, mientras que yo asiento.

El hombre asiente para irse mientras mi primo que se separa y como dos niños que aún no crecen hacemos nuestro saludo especial; chocamos la mano primero con la palma, luego con la parte externa para hacerlo de nuevo pero con un puño bajando todo los dedos menos el pulgar y el índice haciendo la forma de un arma moviendo el dedo índice como si nos estuviéramos disparando para quedar quietos.

¡Va!

Agarró rápido y le pegó una cachetada dejando su mano a medio camino.

Sonrió triunfantes para que este me remueva todo el pelo tirándome hacia atrás provocando que casi caiga de espalda, le pegó un manotazo molesta para terminar soltando una carcajada bastante alta al ver cómo se agarra su mano pegandosela al pecho.

Un Desastre Con RizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora