Señalado desde niño como un ser extraño y viviendo su día a día esforzándose para ser el mejor entre los guerreros del reino, JungKook estará dispuesto hacerles frente a todos. Él está consciente de su extraña apariencia pero aún así seguirá su prop...
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Jungkook
El silencio profundo en el gran salón principal da miedo si eres una persona sin valentía, y menos mal que soy un guerrero formado para combatir el miedo. La reina me ve de manera curiosa aunque frívola, a la princesa HyeJin no la he visto y eso me carcome. Por lo que sin importar qué decido preguntar.
— ¿Su Majestad, dónde se encuentra Su Alteza? — Pregunto con tono bajo y ella me ve con superioridad al levantar el mentón.
— HyeJin está tomando clases de defensa. — su notificación me sorprende de sobremanera cuando levanto el rostro para mirarla con asombro.— He aceptado tus ideas Jungkook ¿Recuerdas que cuando hablamos me comentaste sobre tu apoyo en que las mujeres aprendan a defenderse? — asiento siendo consciente y ella suspira aliviada.— Pues he decidido que bajo mi responsabilidad la Princesa HyeJin practique sus habilidades... porque de algo estamos seguros, y es que la chica sabe defenderse, pero son habilidades que debe pulir. — no digo nada en respuesta a su información, pero ella vuelve a hablar dándome a entender que no quería ninguna respuesta de mi parte.— Igual no estás aquí para hablar de HyeJin, te he citado para hablar de lo que pasó allá afuera. — la observo con algo de inquietud al no saber qué responder a sus preguntas aún incógnitas.— ¿Desde cuándo se presentan esos cambios en ti?
Trago fuerte suspirando luego ante el pensamiento y el recuerdo de esos rasgos.
— No tengo una fecha exacta con respecto a mis cambios Su Majestad. Pero en el camino hacia acá la princesa notó ese cambio cuando en un momento me molesté por confirmar que nos seguían los guardias de Urem. — le digo. Omitiendo claramente el hecho de que la situación no fue esa, sino cuando me bañaba en la laguna medio desnudo... pero eso era algo que no tenía mucha importancia para decirlo ¿No?
— Entonces te pasa cuando tu molestia y rabia dominan tu cuerpo... — descubre con un gesto algo sorprendido en su rostro.— Es algo muy... — su mirada conecta con la mía.— muy poco común Jungkook.
— Mis disculpas Majestad, pero creo que he sido poco común desde pequeño. — le recuerdo por mi aspecto aún extraño para muchos.
Ella se levanta y una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Yo me extraño y frunzo el ceño levemente. Ella se acerca y camina a mi lado hasta posarse a un lado de mi pero un poco más atrás, dándole la facilidad de tomar mis hombros suavemente.
— No eres raro ni nada menos, pero creo que los pueblerinos de Niza han sido muy ignorantes con la historia entre los tres reinos vecinos... o sus superiores se los ocultaron por muchos años. — cuenta con curiosidad, despertando en mi también una parecida a la inquietud e intriga.
— ¿A qué se refiere Su Majestad? — pregunto siendo atrevido al girar mi rostro y mirarla fijamente y tan cerca de sus ojos.
Ella se incorpora y coloca sus manos nuevamente delante de ella, su pequeña tiara brilla con la luz del sol a través de los cristales del ventanal. Sonríe más amplio y responde.
